No te preocupes por mí, sé cuidarme, o no,
en cualquier caso, lo intento, es lo importante,
sólo quiero estar contigo captando detalles,
dándonos cuenta de lo que los demás no perciben,
captar aromas de brisas, sabores de color pastel,
pormenores de la vida que nos rodea y nos absorbe,
tomar un café en donde el sol nos meza y la corriente nos acaricie.
No te preocupes por mí, porque no soy un problema,
sólo soy el viento del norte que se ha rendido al sur,
y que se queda hipnotizado cuando ve tus cabellos revueltos,
tus sonrisas inusitadas de terciopelo,
y tus repentinas ideas acerca del tiempo de estar.
Sólo soy el hombre que un día salió de la nada
y que encontró una pequeña moneda en la nieve.
Sé salir, entrar, huir, gritar, callar y hasta camuflarme,
soy el camaleón que se queda dormido despierto,
no puedo mirar sin observar el tiempo que pasa,
canto, pero sé hacerlo desde el silencio,
grito, pero sé cómo hacer para que no me oigan,
y penetro en la piel de la rutina diaria
para levantar ampollas que ya no se cierran.
Siento que algunos pensamientos se pierden en la zozobra,
otros, me los guardo para mejores ocasiones,
pero cuando contemplo esa sonrisa de porcelana,
las ideas se me inmovilizan en ese estado que tú y yo sabemos,
no quiero saber nada de sentimientos huecos,
ni de sonrisas y simpatías forzadas,
ni de retazos de amabilidad comprometida.
No te preocupes por mí, pues no hay ruido de fondo,
saldré de entre las sombras si necesitas mi ayuda,
y mataré los malos sentimientos de los mediocres.
No te preocupes más por mí, no voy a caerme,
no estoy para permitirme lujos descarnados,
estoy ahí, estoy ahí para apoyarte,y para contemplar tus sonrisas una vez más.
en cualquier caso, lo intento, es lo importante,
sólo quiero estar contigo captando detalles,
dándonos cuenta de lo que los demás no perciben,
captar aromas de brisas, sabores de color pastel,
pormenores de la vida que nos rodea y nos absorbe,
tomar un café en donde el sol nos meza y la corriente nos acaricie.
No te preocupes por mí, porque no soy un problema,
sólo soy el viento del norte que se ha rendido al sur,
y que se queda hipnotizado cuando ve tus cabellos revueltos,
tus sonrisas inusitadas de terciopelo,
y tus repentinas ideas acerca del tiempo de estar.
Sólo soy el hombre que un día salió de la nada
y que encontró una pequeña moneda en la nieve.
Sé salir, entrar, huir, gritar, callar y hasta camuflarme,
soy el camaleón que se queda dormido despierto,
no puedo mirar sin observar el tiempo que pasa,
canto, pero sé hacerlo desde el silencio,
grito, pero sé cómo hacer para que no me oigan,
y penetro en la piel de la rutina diaria
para levantar ampollas que ya no se cierran.
Siento que algunos pensamientos se pierden en la zozobra,
otros, me los guardo para mejores ocasiones,
pero cuando contemplo esa sonrisa de porcelana,
las ideas se me inmovilizan en ese estado que tú y yo sabemos,
no quiero saber nada de sentimientos huecos,
ni de sonrisas y simpatías forzadas,
ni de retazos de amabilidad comprometida.
No te preocupes por mí, pues no hay ruido de fondo,
saldré de entre las sombras si necesitas mi ayuda,
y mataré los malos sentimientos de los mediocres.
No te preocupes más por mí, no voy a caerme,
no estoy para permitirme lujos descarnados,
estoy ahí, estoy ahí para apoyarte,y para contemplar tus sonrisas una vez más.
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