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Al otro lado

Al otro lado
"Al otro lado", de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-15352-66-2.
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Presentaciones:

Sábado, 27 de abril a las 12 h. en la Feria del libro de Granada, en el Centro de Exposiciones de CajaGRANADA Puerta Real. Me acompañará en la presentación el compañero de Granada Jesús Lens. Y a las 13 horas firma de ejemplares en la Caseta de Firmas.

Sábado, 20 de abril, de 11 a 13 h. y de 17 a 20 h. en la Feria del Libro de Fuente el saz de Jarama.

Sábado, 26 de enero a las 20 h. en el Museo Municipal de Alcázar de San Juan. Me acompañará en la presentación el compañero de Ciudad Real José Ramón Gómez Cabezas, autor de "Réquiem por la bailarina de una caja de música", de la Editorial Ledoria.

Martes, 23 de octubre a las 19.30 h. en la librería Estudio en Escarlata (Guzmán el Bueno 46, Madrid). Si no puedes acudir y queréis un ejemplar firmado, ponte en contacto con ellos y pídeselo (91 543 0534). Te lo enviarán por correo.

Miércoles, 24 de octubre a las 18 h. en Getafe Negro (Carpa de la Feria del Libro). A las 20 h. participaré en una mesa redonda con otros compañeros de la Editorial Ledoria titulada "En los arrabales de la Novela Negra.

martes, 29 de marzo de 2011

El panorama editorial

El mundo editorial está revuelto, no se sabe muy bien hacia dónde camina. Son varios los factores que intervienen en este panorama de dudas. Por un lado la situación internacional, que ha afectado de lleno a un sector que ya estaba en crisis antes de la crisis. El resultado ha sido que muchos escritores noveles que tenían contratos y adelantos económicos con una de las grandes han visto esos contratos rescindidos y sus ilusiones hechas añicos. Las agencias literarias no aceptan más escritores que no hayan publicado y, en muchos casos, no quieren evaluar ningún manuscrito más. Esto ha hecho que todos estos escritores hayan tenido que optar por la auto publicación o por probar suerte en editoriales pequeñas, llegando a publicar algunos, aunque con la escasa repercusión que proporciona una distribución precaria y una tirada pequeña.

Por otro lado, escritores que ya tenían publicadas dos o tres obras y que en cualquier otra época quizás ya estarían medianamente consagrados han visto truncadas sus ilusiones al respecto de poder vivir de esto. Y su refugio natural actualmente son los premios literarios de menor cuantía, que deberían estar reservados para los noveles. Hablo de los premios de entre 20000 y 30000 euros, que hasta ahora ganaban autores desconocidos, y que ahora están reservados a estos escritores más expertos. Buena opción para ellos, ya que al menos, consiguen que su obra sea revestida con un galardón literario y además, ven su obra publicada con alguna de las editoriales importantes que patrocinan estos certámenes como Algaida. Buena fórmula, como digo, a falta de continuidad en sus propias editoriales, pues es una forma de que “no se les borre el nombre”.

También está lo del libro electrónico, que estoy seguro de que se acabará imponiendo ante el papel impreso. Pero a día de hoy, solo ha nacido y se encuentra en pañales. No se sabe muy bien hacia dónde camina, hay gran variedad de formatos y luego está lo del pirateo.

Las grandes editoriales apuestan o bien por escritores ya consagrados, o bien por escritores noveles que ya tienen un nombre y son famosos por aspectos muy distintos a los literarios. Buenos ejemplos son los libros escritos por los “famosos”. Y famosos o consagrados no son siempre sinónimos de calidad, ni mucho menos. Pero venden y eso es lo que cuenta. En muchos casos, incluso se venden bajo la etiqueta de novela, por ser el formato que más vende, libros que no son más que reflexiones o incluso paranoias de un autor, a veces bien escritas, sí, otras, sin embargo, redactadas pésimamente.

Son muchos los amigos y colegas que últimamente me han dicho que lo van a dejar, tal es el panorama. Pero pienso que lo peor que puede hacer uno es creerse escritor y pecar de vanidoso, porque de esta forma los palos van a ser mayores. Creo que lo mejor que puede hacer un escritor novel o uno más experto pero no consagrado es tener un trabajo del que vivir. Y seguir escribiendo como una afición, eso sí, haciéndolo con toda la pasión de la que sea capaz de poner en sus escritos. Y si tiene que llegar algo, ya llegará. Cualquier otra forma de tomarse esto es amargarse. Y bastantes palos nos da ya la vida en nuestros quehaceres cotidianos.

Colegas: Que Dios (o lo que sea que haya por ahí) reparta suerte.

jueves, 17 de marzo de 2011

Dos cosas ligadas pero distintas: el escritor y su obra

Una de las cosas que más me llama la atención es leer las críticas de las obras literarias. Generalmente, los críticos suelen dar una somera descripción del argumento, hacen un análisis de los personajes y de los escenarios y hablan de tramas, de subtramas, de nudos, de desenlaces..., en definitiva, aplican todos sus conocimientos técnicos a la hora de valorar una obra. Esto está bien. Tanto en los medios escritos como en los digitales hay críticas excelentes, hechas con rigor y con profesionalidad.

Lo que ya no me parece tan bien son las críticas destructivas. He leído algunas en las que incluso se llega a insultar al escritor, algo incomprensible, pero que ocurre. Otra de las cosas que me llama la atención son los críticos-psicólogos, es decir, los que asocian la trama de una novela o un poemario a la personalidad del que lo ha escrito. Me resultan curiosas frases del tipo: “En la trama se ve el periodo tormentoso por el que está pasando el autor...”; “...evidentemente, el poeta refleja en el poema un estado de ánimo efusivo...”. O “..el autor presenta rasgos psicopáticos que se desprenden del análisis de la trama...”.

Puede que haya escritores que escriben para desahogarse y vuelquen sus estados de ánimo y los rasgos de su personalidad en lo que están escribiendo. Pero generalizar es un error. Escribir es un oficio, como otro cualquiera, aunque de los más bonitos que existen, al menos para mí. Cuando escribo, mi mente se instala en otro plano, cada vez en uno, en función de lo que esté escribiendo. Puedo escribir un poema de amor, surrealista, social o negro, de los del tipo Poe. Lo que no significa ni que sea un alcohólico o un romántico empedernido. Cuando estoy con una novela puedo darle tintes exotéricos o fantásticos; o plantear la trama de una novela negra, en cuyo caso, me pongo tanto en la piel del investigador o del asesino, lo que no implica que yo sea ninguna de las dos cosas. Simplemente estoy creando, contando una historia de ficción que yo invento.

¿Qué escritor no se ha quedado pasmado cuando ha leído alguna crítica que refleja cosas que nunca él ha imaginado y que sin embargo el crítico ha interpretado por su cuenta? Creo que son muchísimos. Aunque esto también forma parte de la magia de la escritura, ya que el escritor crea. Pero desde el momento en que sus novelas o sus poemarios habitan los anaqueles de las librerías y están a disposición de los lectores, las obras dejan de pertenecerle y adquieren vida propia. Pero insisto, es un error identificar al escritor con un personaje. O tratar de ver el estado de ánimo de un autor a través de sus obras. Escribir es un oficio, precioso, pero es solo eso. Como cualquier otra ocupación, dispone de sus pautas y sus protocolos. Y el que es profesional, remunerado o no, las cumple lo mejor que puede y sabe, nada más. Y nada menos.

martes, 15 de marzo de 2011

Reflexiones desde este modesto blog

Hace unos días me acerqué al cine para ver la última película del maestro Eastwood, tan positiva y negativamente criticada. A mí me gustó, pero no voy a eso. Voy a que los primeros fotogramas nos muestra un tsunami espectacular y sus nefastas consecuencias. En aquel momento reflexioné sobre los últimos desastres naturales acontecidos a lo largo del globo que han tenido que ver con un tsunami. Todavía con esos fotogramas incrustados en mi mente, ahora asistimos al desastre de Japón para que, una vez más, se vuelva a poner de manifiesto que la realidad supera a la ficción.

Desde que de crío me explicaron lo que era esto, sobre todo en las clases de naturales cuando dábamos el sistema solar, vi que la vida era muy extraña. Comprendí tan de niño, que éramos los habitantes de una gigantesca bola que da vueltas sin sentido alrededor de otro pedazo de bola que además arde en continuas explosiones nucleares: el sol. Intuí que éramos una minucia como especie y aún más como individuos. Por tanto, entendí que los hombres hayan buscado algo más a lo largo de la Historia en las religiones o en la Filosofía. Somos extraños de entre todas las criaturas que pueblan el planeta: seres racionales conscientes de sí mismos que saben que solo existe una verdad absoluta. Y esa verdad es que vamos a morir.

Lo de Japón hace reflexionar a cualquiera y me hace pensar que hay que disfrutar cada día como si fuera el último. Porque hoy estamos, pero mañana puede que no. Así que, ante tal magnitud en esta catástrofe, ante tanto dolor, ante tantas pérdidas materiales, ante la barbaridad de esos 10000 muertos que nos ofrecen los telediarios a todas horas..., no puedo hacer otra cosa que seguir pensando como cuando era un niño: que esto es muy raro y que la existencia, seguro que tiene un sentido, pero yo no lo veo.

Si no era poca la catástrofe con el terremoto, esta pobre gente ha tenido que soportar un tsunami y la explosión de una central nuclear cuyas consecuencias están por ver. Y eso si no explota alguna otra. Primero Hiroshima y Nagasaki y ahora esto, vaya tela. Eso sí, esta gente tienen algo especial. Fueron masacrados en la segunda gran guerra y ahí están de tercera potencia mundial. Las pérdidas son irreparables, pero estoy seguro de que, como pueblo, volverán a levantarse. Son de otra pasta.

Los incidentes en las centrales nucleares han reabierto el debate sobre las mismas en todo el mundo y ahora la gente se peleará entre consignas de “nucleares sí”-“nucleares no”. Los del sí, seguramente desconociendo la problemática de los residuos y el riesgo de escapes. Y otra cosa que yo me pregunto, porque lo de la catástrofe natural ya lo hemos visto, pero... ¿qué pasaría si hay una guerra y algún “zumbao” de estos políticos que tenemos dirigiera sus misiles hacia las centrales? Porque podría pasar, ¿no?

Bien, pues los del sí, seguro que tienen calefacciones, aires acondicionados y gastan más energía de la que necesitarían. Y muchos de ellos seguro que apuestan por las energías alternativas, desconociendo que a día de hoy las fuentes de energía eólica o solar no cubren las necesidades del planeta ni de coña. En fin, que si demagogos son los unos, no lo son menos los otros.

Yo, por si acaso, voy a tratar de pasar el resto del día lo mejor que pueda. Eso sí, cabreado, porque no entiendo que un jodido tsunami tenga que matar a tanta gente así porque sí.

martes, 8 de marzo de 2011

En un rincón del alma, de Antonia J. Corrales

“En un rincón del alma” es el título de la última novela de Antonia J. Corrales, una escritora como una casa. La editorial Aladena ha sido la encargada de dar a luz a esta novela, más que intimista, íntima, muy íntima.

Está estructurada en capítulos muy cortos que contienen “esencias” literarias, narradas en una prosa muy fina y elegante con las que nos queda una sensación de haber estado leyendo Poesía en cada uno de ellos, a pesar de que es un libro en prosa que no contiene versos, excepto una estrofa de una canción de Alberto Cortez titulada precisamente “En un rincón del alma”:

Con las cosas más bellas

guardaré tu recuerdo,

que el tiempo no logró,

sacarlo de mi alma,

lo guardaré hasta el día,

en que me vaya yo.

Después de leer la letra entera de la canción, o mejor dicho, de leer el poema, y de escucharla verbalizada en la melancólica voz del autor, me temo que la novela y el poema están relacionados, porque expresa perfectamente la angustia de Jimena, la protagonista, a lo largo de todo el libro.

La novela comienza con la huida de Jimena de su hogar. A partir de ahí, capítulo tras capítulo, la propia protagonista nos va narrando sus sensaciones ante la vida desde que era una niña. Lo hace en primera persona escribiendo un diario que está lleno de saltos al pasado en el que nos va describiendo los momentos más importantes de su vida. Un diario que, más bien, es una colección de cartas por capítulos dirigidas a su madre, con la que le hubiese gustado tener una relación más especial. Una relación que se vio difuminada por unos tiempos económicamente difíciles de una familia numerosa trabajadora.

Jimena necesita explicarse, y necesita hacerlo ante su madre, solo ante ella. Siente que tiene que explicarle episodios de su niñez, de su adolescencia y de su etapa madura, alternados con la bitácora del presente: un viaje a Egipto que constituye una huida de su realidad cotidiana que no solo no la llena, sino que la asfixia.

“En un rincón del alma” habla del destino, de los destinos de las personas, de los que se cumplen y de los que no se cumplen. Es un diario íntimo de una mujer con inquietudes que por circunstancias de la vida, acaba encerrada con sus dos hijos en un chalé de lujo de una urbanización que haría las delicias de cualquier mujer vacía y con un marido triunfador a nivel profesional, pero al que nunca ve debido a los viajes y a las reuniones. Y que cuando aparece por casa, ni siquiera tiene la decencia de intentar borrar el aroma a perfume de otras mujeres de sus corbatas.

Jimena viaja hacia Egipto para cumplir su destino o para incumplirlo, para vivir y respirar un aire que la haga sentirse viva, para calmar sus inquietudes que, por otra parte, son sencillas aunque incomprensibles para la mayoría de los mortales. La novela tiene 182 páginas y se lee del tirón sin poder parar en un estado hipnótico que es mérito de la autora. Escrito en un lenguaje sencillo y pulcro, los capítulos destilan sensibilidad a borbotones por todas sus páginas hasta dirigirse a la explosión final del desenlace, en el que tienen que ver todo el repertorio de personajes secundarios que, sin embargo, no han sido tan secundarios para la protagonista, ya que todos y cada uno de ellos han aportado su granito de arena para que Jimena acabe huyendo.

Podría seguir hablando, pero solo voy a decir dos cosas:

-Leyendo la novela me he sentido mujer.

-Al término de la misma me he echado a llorar, y eso que estaba en una cafetería antes de entrar a trabajar.

Enhorabuena, Antonia, escritora.

Blog de la autora: http://antoniajcorrales.blogspot.com/

martes, 1 de marzo de 2011

Entrevista para "La Rueda del misterio" y para Travelarte

Esta entrevista me la hizo Miguel Ángel Pertierra para la rueda del Misterio. Hablo detrás de José Antonio Gallardo. Espero que os guste.



Os dejo también enlace al portal Travelarte, en donde me ha entrevistado Luis Muñoz Díaz:


Espero que os guste. Un abrazo.