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Al otro lado

Al otro lado
"Al otro lado", de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-15352-66-2.
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Presentaciones:

Sábado, 27 de abril a las 12 h. en la Feria del libro de Granada, en el Centro de Exposiciones de CajaGRANADA Puerta Real. Me acompañará en la presentación el compañero de Granada Jesús Lens. Y a las 13 horas firma de ejemplares en la Caseta de Firmas.

Sábado, 20 de abril, de 11 a 13 h. y de 17 a 20 h. en la Feria del Libro de Fuente el saz de Jarama.

Sábado, 26 de enero a las 20 h. en el Museo Municipal de Alcázar de San Juan. Me acompañará en la presentación el compañero de Ciudad Real José Ramón Gómez Cabezas, autor de "Réquiem por la bailarina de una caja de música", de la Editorial Ledoria.

Martes, 23 de octubre a las 19.30 h. en la librería Estudio en Escarlata (Guzmán el Bueno 46, Madrid). Si no puedes acudir y queréis un ejemplar firmado, ponte en contacto con ellos y pídeselo (91 543 0534). Te lo enviarán por correo.

Miércoles, 24 de octubre a las 18 h. en Getafe Negro (Carpa de la Feria del Libro). A las 20 h. participaré en una mesa redonda con otros compañeros de la Editorial Ledoria titulada "En los arrabales de la Novela Negra.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Ruido de cañerías, de Luis Gutiérrez Maluenda


Hablar de Luis Gutiérrez Maluenda es hablar de otra cosa, distinta, fresca y sorprendente. Me encontré con su obra por casualidad, como suelen ocurrir estas cosas, y desde entonces no he parado de leer sus novelas. Luis escribe novela negra con un estilo muy personal, lleno de humor. Su prosa, muy en el fondo, destila poesía, una poesía dedicada a los personajes de los bajos fondos de Barcelona que pueblan todas sus narraciones.
“Ruido de cañerías” (Alreves Editorial), es la tercera entrega del detective Atila, cuyo despacho está situado al fondo de un locutorio regentado por Lena, antigua amante de procedencia argentina y ahora felizmente emparejada y obsesionada con quedarse embarazada. Atila se sienta tras una mesa sobre la que tiene colocada una fotografía que un día compró en un todo a cien, en la que se puede ver a una mujer y a unos niños. Él piensa que esto da buena imagen para su negocio. El locutorio está poblado por todo tipo de fauna urbana, predominando los inmigrantes sin recursos, entre los que destaca el grupo de ecuatorianas denominado por él “Las adoradoras del ballenato”. Su actividad principal es el cotilleo y recelar de Atila.
Con estos mimbres, Atila se ha consolidado como uno de los detectives de referencia del Policial español por pleno derecho. “Ruido de cañerías” hace referencia al cuchitril en donde vive, un cuarto oscuro por donde pasan las bajantes de todos los vecinos, en el barrio del Raval. En ella, el detective recibe el encargo anónimo de investigar al presidente del Barça en lo que parece una conspiración para frenar sus aspiraciones políticas. Entre la decisión de abandonar el caso o aceptarlo, elige la segunda opción, dada la insólita cantidad de dinero que le ofrece su cliente. Por otro lado, una pareja de vecinos brasileños amigos suyos mueren en extrañas circunstancias y el caso es archivado con demasiada premura, tanta, que Atila no se cree la versión oficial. Las investigaciones de ambos casos se cruzarán, relacionándose entre sí y llevando al detective a investigar los chanchullos de una asociación de inmigrantes con intereses económicos y políticos que será clave en la investigación.
Las situaciones ácidas, el cinismo, el sentido del humor y el escepticismo, siempre presentes en la personalidad de Atila, hacen que la lectura sea, más que amena, vertiginosa. El detective sigue haciendo equilibrios entre su afición al whisky Vat 69 y su amor por Valentina (“lo más parecido a la mujer de su vida que hay en su vida”). Luis describe como nadie las calles del Raval, pobladas por delincuentes de poca monta, putas pasadas de vueltas y personajes, en general, bastante marginales y desfasados, pero que, en el fondo, conservan una buena dosis de corazón.
Los renglones de Luis recuerdan indefectiblemente a Raymond Chandler y a sus personajes, con sus luces y sus sombras. Su mérito es haber trasladado esos paisajes del padre de la Novela Negra a los paisajes de la Barcelona actual, sumida en esta crisis global que es un filón para construir las tramas de sus novelas, escritas, por otra parte, con un estilo ágil y muy personal. Desde mi punto de vista, Luis es uno de los mejores escritores del género con el que poder toparse desde la perspectiva del lector.
Parece que Atila tendrá continuidad gracias a sus propios méritos, pero también a la sagacidad de la Editorial Alreves, que ha sabido ver en él a uno de los detectives de referencia del Policial español, como ya mencioné anteriormente. Atila no es la única creación de Luis, ya que todavía se pueden conseguir las novelas del “Humphrey”, otro de sus detectives que está a la altura de Atila, con su propio universo narrativo. Si bien Atila ha encontrado continuidad gracias a los de “Alreves”, el “Humprhey” no tuvo tanta suerte a nivel editorial, algo incomprensible. Por muy buena que sea una novela, siempre hace falta esa pequeña dosis de buena estrella.
“Ruido de cañerías” ya está a la venta. Se puede leer independientemente de las dos anteriores, aunque yo os recomendaría la lectura de todas. En general, os recomiendo la lectura de toda la obra de Luis. Antes dije que era uno de los mejores escritores de Novela Negra de este país. ¿El mejor? A vosotros os toca decidirlo. Yo lo tengo claro.

El autor: Después de dedicarse buena parte de su vida a ejercer de ejecutivo informático, decide abandonar para escribir novelas de género negro. Su primera novela, Putas, Diamantes y Cante Jondo, fue finalista del premio Mejor Primera Novela de 2005 otorgado por la Asociación de Novela Negra y Policíaca Brigada 21. Otras de sus novelas son 806 Solo para adultos, finalista del premio Yoescribo.com, Música para los muertos (2007) y Una Anciana Obesa Tranquila (2009). Ha publicado también ensayos y cuentos en diferentes medios culturales, como las revistas El coloquio de los perros y Prótesis o el fanzine LH’ Confidential; su cuento «Harlem» figura en la antología La Lista Negra que reúne a los nuevos valores de la novela policíaca española. Asimismo, su conferencia sobre la importancia del jazz y el blues en la novela negra, se incluye en el libro Geografías en Negro. Complementa su tiempo asistiendo como invitado a conferencias y mesas redondas en torno a su tema preferido, novela negra, jazz y blues.

(Biografía obtenida de Al revés editorial)

Novelas:

Ruido de cañerías, 2012


Un caniche blanco muerto, 2012

Los muertos no tienen amigos, 2011

Mala hostia, 2011

El árbol bajo el que siempre llueve, 2011

Un origen salvaje, 2011

Una anciana obesa y tranquila, 2009

Música para los muertos, 2007

Putas, diamantes y cante jondo, 2005

jueves, 27 de septiembre de 2012

El pensamiento único


De un tiempo a esta parte, el pensamiento único se ha instalado en nuestra sociedad. Se nota en todos los ámbitos y se refleja en la prensa cada día. Tertulianos que, además de estar en radio y televisión, escriben su columna diaria o semanal, se dedican a defender con uñas y dientes los intereses de los medios a los que sirven y van moldeando las mentes de los que adolecen de pensamiento crítico. Estos comentaristas de lo diario que lo mismo opinan de la guerra de Irak que del hundimiento de la bolsa en Moldavia, no entienden de nada. Más bien son artistas de la retórica, trileros del birlibirloque demasiado bien remunerados, profanadores de la santa profesión que debería ser el periodismo. Tanto, que están tan alejados de la realidad del resto de los mortales como los políticos, banqueros y empresarios capitalistas a los que defienden.
¿Qué ocurre? ¿Qué no hay periodistas que sepan escribir y debatir? Los hay. Muchísimos. Pero no tienen los contactos necesarios para acceder a los grandes medios. Tampoco durarían mucho en ellos si lo que pretendiesen fuera ejercer la libertad de expresión. El otro día pude seguir la manifestación en torno al Congreso por las excelentes fotos de Reuters. Tanto las emisoras españolas como los periódicos on-line, daban una información bastante sesgada. Para la mayoría de los medios españoles, lo del pasado martes fue una perroflautada más o menos organizada, nada más lejos de la realidad. El Gobierno estaba preocupado por la imagen de España ante los mercados. Incluso ayer, nuestro presidente, el señor Rajoy llamaba patriotas a aquellos que se quedaron en sus casas.
Voy cumpliendo ya unos años, cada vez más, como todo quisqui. En mi vida había visto tanto surrealismo en el Gobierno y en los medios. ¿Qué pasa, señor Rajoy, que ahora el que protesta es un antipatriota? ¿No será que está ejerciendo su derecho constitucional a manifestarse? ¿Y no será que a lo mejor está cabreado porque se ha quedado en paro junto a su mujer y no tiene ni para comer?
Lo extraño es que en este tipo de concentraciones no haya un millón de personas en vez de las decenas de miles que aguantaron el festival perroflautil (que agredieron a los policías) y policial (estos agredieron a todo el que se ponía por delante, llevara o no rastas). Porque lo cierto es que, señores políticos, señores banqueros y señores periodistas del pensamiento único, con permiso de los señores, lo cierto es que no han sido los ciudadanos los que han causado esta crisis.
Otra de las pautas que a estas alturas ya se dan por sentadas es considerar de izquierdas a quienes piensan diferente al canon impuesto, criminalizar al que protesta, tachándole de sectario o de reliquia obsoleta, aunque las opiniones vertidas sean construidas desde el más estricto sentido común. Lo hace Rajoy y lo hizo Zapatero en sentido opuesto, ambos responsables de la falsa democracia de la que creemos gozar y que no es nada más que un bipartidismo apoyado en nacionalismos que se deleitan de una injusta ley electoral impuesta sin paliativos.
La lucha, el sentido común y la lógica, lejos de ser términos obsoletos, como nos quieren hacer creer, está hoy más vigente que nunca, mucho más cuando el pensamiento único se cuela hasta por las rendijas de nuestras ventanas.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Al otro lado (Editorial Ledoria), mi nueva novela


Mi nueva novela ya está lista. He hecho las últimas correcciones y ya tengo portada que, por cierto, me gusta bastante. Se titula “Al otro lado” y vuelvo a publicar con la Editorial Ledoria. Estará en las librerías a finales de septiembre o principios de octubre. Han sido meses de trabajo, de pensar, de documentación. Pero cuando todo acaba, cuando sabes que en breve estará en las librerías, sientes algo por dentro difícil de explicar.
Estoy muy contento, porque en tiempos de crisis, es más difícil publicar. Y el que alguien, de nuevo Ledoria, confíe en ti, es digno de agradecer. Espero que cuando la tengáis entre vuestras manos, disfrutéis de su lectura.

SINOPSIS:

Carmen, una joven periodista, decide escribir una novela sobre los campos de prisioneros franceses en el periodo posterior a la Guerra Civil, ya que su abuelo murió en el de Vernet. Para ello, concierta una cita con un misterioso anciano que asegura haber estado prisionero en el campo y que dice haber conocido a su abuelo. El encuentro marcará la vida de Carmen y de su amigo Juan Carlos, que decide ayudarla en la escritura del libro, ya que el anciano le cuenta lo que ella quería, pero también le informa de un viejo manuscrito medieval que llegó a su poder en el campo a través de un soldado. Ella queda tan fascinada por el manuscrito que decide cambiar el argumento de su novela para tratar en ella aspectos reflejados en ese manuscrito. En ese momento, tanto Carmen como Juan Carlos, ignoran que ya conocen al anciano y al resto de personajes con los que les tocará tratar en el proceso de documentación y tendrán que enfrentarse a cientos de recuerdos perdidos en alguna parte de su memoria. Juntos se tendrán que enfrentar a sí mismos y a quienes intentarán evitar que consigan sus objetivos. A partir de aquí, ambos inician un viaje que les llevará a Burgos, al condado de Cork en Irlanda y finalmente a una casa llena de magia en pleno centro de Madrid, sede de una sociedad ancestral, en donde vivirán junto al resto del personajes experiencias que jamás habría pensado que pudieran ocurrir ni en el más fantasioso de sus sueños.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Narcolepsia, de Jordi Ledesma


“Narcolepsia” (Editorial Alrevés, 2012) es la primera novela de Jordi Ledesma. Su calidad la ha llevado a ser finalista del Premio Silverio Cañada a la mejor primera novela negra escrita de la presente edición de la Semana Negra de Gijón. Con este aval y el de la editorial Alrevés, que está publicando muchos de los títulos más interesantes del género, se presenta en sociedad este escritor cuyo éxito seguramente ha rebasado sus más optimistas expectativas.
La novela comienza con un flashback que es continuación de uno de los capítulos finales. A partir de aquí, nos cuenta la historia de Julio Perla, un chaval de la Barceloneta que pasa de jugar partidos de fútbol en el barrio al menudeo, convirtiéndose poco a poco gracias a su sagacidad en un camello importante del clan gitano de los Heredia. Del jachís pasa a la coca y a partir de ese momento empieza a manejar grandes cantidades de dinero que le proporcionan de golpe un nivel de vida impensable para un chaval de su edad. La narración de sus andanzas y las de sus colaboradores, amigos del barrio, nos lleva a un ritmo vertiginoso hacia el primer conflicto, sin el cual, no existe ninguna novela que se precie, resuelto por el autor, dicho sea de paso, de forma magistral. Esto constituye la primera parte de la novela.
En la segunda se nos muestra a un Julio más maduro como consecuencia de los años transcurridos y de las duras experiencias pasadas. Convertido en “el Perla” y aleccionado por John Claudio, un secundario de lujo curtido en mil batallas en las calles de Medellín, entra a trabajar para el clan de Sinaloa, que acaba de triunfar en una guerra de cárteles y a ejercer la hegemonía que antes portaba el clan de Juárez. La vida de “el Perla” se convierte en una sucesión de altibajos a través de la importación de toneladas de coca que introduce en España por diversos canales. Pero pronto se dará cuenta de la codicia de los que le rodean, dispuestos a todo con el fin de lucrarse de su “trabajo”. La trama camina a través de un ritmo trepidante hacia el desenlace. El lector logra identificarse con el protagonista y al igual que él, en su mente se va formando una palabra: vendetta.

La novela está narrada con la técnica del narrador omnisciente, aunque parece escrita en primera persona, ya que el Perla aparece en casi todos los escenarios, pero con la ventaja de que el lector puede saber más cosas que el protagonista. “El Perla” recuerda por momentos al “Pijoaparte” de Marsé o al “JW” de Jens Lapidus, personajes entrañables le la Literatura Negra. Pero Jordi imprime a su protagonista una originalidad especial, un realismo demoledor que es consecuencia de la titánica labor de documentación del autor, que profundiza en el mundo del narcotráfico como nadie. “Narcolepsia” es también una novela de sentimientos, ya que nos muestra con bastante poesía las andanzas de un adolescente de barrio. Un chico que a una temprana edad se va a dar cuenta de golpe de las consecuencias de haberse introducido en un mundo de adultos al margen de la ley y que adquirirá una frialdad atípica para un chaval de veintipocos años. Frialdad que inexorablemente le va a ayudar en los tejemanejes que lleva a cabo, pero que también le va a ir destruyendo como persona.

La abundante documentación del autor hace que por momentos parece que estemos leyendo un ensayo, viendo un documental. El mérito de Jordi está en no contarlo de manera aséptica, ya que no pierde en ningún momento la perspectiva de los personajes y la trama. Si yo fuera novelista novel, desde luego querría ser como Jordi Ledesma.
El leer esta novela ha sido un placer por lo aprendido sobre un submundo con el que habitualmente solo tenemos relación a través de los medios de comunicación. Y por lo que, en mi opinión, debe hacer una buena novela con el lector: hacerle reflexionar.
 

Recuerdo compré la novela en FNAC Castellana, en donde tuve la suerte de conocer al autor y charlar con él. Mi despiste crónico hice que me la dejara en el asiento del vagón del Metro. Cuál no sería mi sorpresa cuando al llegar a casa recibí un mensaje privado por Facebook del chaval que la había encontrado. Como iba dedicada, me buscó en la red social y me la devolvió. Al contarle la anécdota a Jordi, le hicieron llegar un ejemplar. Lo que está claro, y eso que parece que los elementos se alinearon para todo lo contrario, es que “Narcolepsia” y yo estábamos destinados a encontrarnos. Y os aseguro que ha sido un grato encuentro.

Jordi Ledesma nació en Tarragona en 1979. Ha vivido en Cambrils desde los siete a los veintiseis años. Le gusta decir que es de allí, aunque actualmente vive en Mont-Roig del Camp. Estudió en la Escola Taller d’Art i Oficis de la Diputació de Tarragona. En 2003 autopublicó el poemario Agua de mayo (Silva Editorial). Narcolepsia es su primera novela.