Dátiles amargos del futuro incierto,
pequeños engendros malignos eternos,
jazmines podridos,
jardines enfermos,
de almas errabundas
que claman silencio.
Silencios vacíos,
silencios intensos,
calmas que se pudren,
con maldad de amores,
alfileres romos,
cuchillas sangrientas
que atrapan la piel macilenta,
¡dejadme vivir en paz!
Dátiles amargos que quemáis mis nadas,
pétalos fétidos de aromas grises,
dadme la venia,
concededme el ego,
dignidad maltrecha y cuentos imperfectos,
cálidas moradas,
que queman mi mente,
sucias alboradas,
de infamia y de muerte.
Cánticos velados,
infectos poemas,
sucios derroteros
de inmundos calados,
¡dejadme sentirme en paz!
Dátiles amargos, de huidas indemnes,
dadme la mirada de un niño impotente,
cálices de fuego,
liturgias sagradas,
miradas de hielo
que jamás descansan.
Olores perdidos que atascan el tedio,
sinsabores vanos,
que vagan con miedo,
dejadme salir,
respirar la muerte,
llena de significados,
llena de mil soluciones,
¡dejadme morir en paz!
Dátiles amargos, presas del olvido,
torturas melosas y duendes impíos,
salid de la nada,
parad los molinos,
de la nada eterna,
del jardín prohibido,
de las notas tiernas
que bailan con brío,
salid de mi casa,
del amor prohibido,
y no regreséis,
mis sueños concibo,
en medio del caos,
¡dejadme bailar en paz!
pequeños engendros malignos eternos,
jazmines podridos,
jardines enfermos,
de almas errabundas
que claman silencio.
Silencios vacíos,
silencios intensos,
calmas que se pudren,
con maldad de amores,
alfileres romos,
cuchillas sangrientas
que atrapan la piel macilenta,
¡dejadme vivir en paz!
Dátiles amargos que quemáis mis nadas,
pétalos fétidos de aromas grises,
dadme la venia,
concededme el ego,
dignidad maltrecha y cuentos imperfectos,
cálidas moradas,
que queman mi mente,
sucias alboradas,
de infamia y de muerte.
Cánticos velados,
infectos poemas,
sucios derroteros
de inmundos calados,
¡dejadme sentirme en paz!
Dátiles amargos, de huidas indemnes,
dadme la mirada de un niño impotente,
cálices de fuego,
liturgias sagradas,
miradas de hielo
que jamás descansan.
Olores perdidos que atascan el tedio,
sinsabores vanos,
que vagan con miedo,
dejadme salir,
respirar la muerte,
llena de significados,
llena de mil soluciones,
¡dejadme morir en paz!
Dátiles amargos, presas del olvido,
torturas melosas y duendes impíos,
salid de la nada,
parad los molinos,
de la nada eterna,
del jardín prohibido,
de las notas tiernas
que bailan con brío,
salid de mi casa,
del amor prohibido,
y no regreséis,
mis sueños concibo,
en medio del caos,
¡dejadme bailar en paz!
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