Sale el sol y hay tormenta,
arco iris funesto,
que emana luces siniestras,
que me guían a través de la ciudad,
que me solivianta los sentidos
y me deja sin respiración,
el ahogo de siempre,
paseos sin luna,
en la noche eterna,
camino solitario,
sin energía,
arrastro por la acera la tristeza,
la ausencia de una sonrisa,
rodeado de silencio,
cansado, silente y aturdido,
no tengo ideas,
carezco de pensamientos,
sollozo pero sin lágrimas,
me siento en la dársena del puerto,
y las gaviotas cantan
con ecos de réquiem.
Gotas de lluvia triste
salpican mi cara,
mojan mis pies y
me atraviesan el alma,
sigo contemplando el arco iris funesto,
el sol negro,
las nubes negras,
la ausencia de luna
en las noches largas,
mi espíritu cruje,
mi mente llora,
pero no hay lágrimas,
la noche me ahoga,
el día me baña
con rayos de sol funestos,
con sonrisas veladas,
la soledad me desborda,
la desidia me atrapa,
no tengo energía,
pero camino, camino…,
hasta que el cuerpo dice basta.
Ya ni siquiera hay sol,
ni lluvia, ni nada,
sólo los colores tétricos
de mi arco iris funesto,
que tiñe el cielo de sangre,
y mi alma de tinieblas.
En casa, me alumbro con velas,
velas negras de sigilo,
escribo versos extraños
bajo la luz siniestra
de las llamas humeantes,
que titilan sedientas
del oxígeno que a mí me falta,
todo es tan irreal...,
¡qué infausta existencia!
bajo un gris techo,
el de mi morada,
el de mi inexistencia,
el de mi ahogo,
el de la ausencia de tu presencia.
arco iris funesto,
que emana luces siniestras,
que me guían a través de la ciudad,
que me solivianta los sentidos
y me deja sin respiración,
el ahogo de siempre,
paseos sin luna,
en la noche eterna,
camino solitario,
sin energía,
arrastro por la acera la tristeza,
la ausencia de una sonrisa,
rodeado de silencio,
cansado, silente y aturdido,
no tengo ideas,
carezco de pensamientos,
sollozo pero sin lágrimas,
me siento en la dársena del puerto,
y las gaviotas cantan
con ecos de réquiem.
Gotas de lluvia triste
salpican mi cara,
mojan mis pies y
me atraviesan el alma,
sigo contemplando el arco iris funesto,
el sol negro,
las nubes negras,
la ausencia de luna
en las noches largas,
mi espíritu cruje,
mi mente llora,
pero no hay lágrimas,
la noche me ahoga,
el día me baña
con rayos de sol funestos,
con sonrisas veladas,
la soledad me desborda,
la desidia me atrapa,
no tengo energía,
pero camino, camino…,
hasta que el cuerpo dice basta.
Ya ni siquiera hay sol,
ni lluvia, ni nada,
sólo los colores tétricos
de mi arco iris funesto,
que tiñe el cielo de sangre,
y mi alma de tinieblas.
En casa, me alumbro con velas,
velas negras de sigilo,
escribo versos extraños
bajo la luz siniestra
de las llamas humeantes,
que titilan sedientas
del oxígeno que a mí me falta,
todo es tan irreal...,
¡qué infausta existencia!
bajo un gris techo,
el de mi morada,
el de mi inexistencia,
el de mi ahogo,
el de la ausencia de tu presencia.
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