Vida entre las zarzas,
entre rosas espinosas hirientes,
desparramada en lúgubres rincones,
en recovecos del alma enferma,
que se muere,
que ya no tiene lágrimas.
Soledades encontradas,
fetiches deshechos, destrozados,
turbio espíritu ebrio de melancolía,
caminando por calles olvidadas,
calles sin nombre,
interminables,
lóbregas y vacías.
Vida entre las zarzas,
entre sinuosas curvas sin sentido,
llenas de tumbas vacías,
de hedores huecos,
de lamentos impíos
que entrechocan y desaparecen.
Voy a huir lejos,
arrastrando mis sentimientos
por las grises y sucias aceras,
sin mirar nunca atrás,
ya he dicho esto antes,
y no lo consigo,
y me muero.
2 comentarios:
Bonita poesía, que agradable de leer.
Un beso!
Gracias, Mª Jesús. Un beso.
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