La impresión que da, desde fuera, es que en el Ministerio de Educación, sea cual sea el color del gobierno de turno, hay un equipo de gente dedicada a reformar el sistema educativo permanentemente. Este equipo debe estar compuesto por un grupo de personas cuya ineptitud se pone de manifiesto a cada cambio. Lo digo, porque cada vez más, el fracaso escolar sigue una línea ascendente, a pesar de los cambios para que la estadística se invierta.
Resulta que los niños, primero, desaprovechan la oportunidad que les da el Estado para estudiar gratuitamente. Segundo, no abren los libros, que se les proporcionan también de manera gratuita, y además los deterioran. Tercero, desaprovechan los grupos de apoyo de cinco o seis alumnos que se forman en los institutos para los más torpes o vagos. Cuarto, la montan cada vez que pueden desafiando a compañeros y profesores con la complicidad de los padres que piensan que a sus criaturitas se les tiene manía.
Bueno, pues ahora, a estos, se les va a premiar con una beca de mantenimiento (hay que ver la capacidad del equipo ministerial para inventar nombres) con la intención de que no abandonen el sistema educativo. Para carcajearse, vamos. Como si este incentivo fuera a hacer que de repente todos estos pequeños terroristas de instituto se conviertan en alumnos ejemplares. Por si no fuera poca la presión que tienen los profesores en las aulas, ahora se les va a exponer a las amenazas de los padres que, como si sus niños no aprueban les quitan la beca, acudirán a los institutos para exigir el aprobado.
¿Se quieren dejar ya de historias y de inventos, señores del Ministerio? Quienes hemos estudiado sabemos que obtener una titulación requiere estudio y esfuerzo. No hay otra forma. Y mientras los alumnos no hinquen los codos, seguirá habiendo fracaso escolar. Y a todos estos niñatos, beneficiarios de las nuevas becas, que no hacen más que reventar clases y alterar el funcionamiento normal de los institutos, lo que hay que hacer es sacarlos de la enseñanza reglada en beneficio de los que sí quieren estudiar, no mantenerlos y encima pagarlos. Al que no esté preparado para estar en un instituto, habrá que darle un cursillo o escolarizarlo en educación especial, con toda la atención que un sistema democrático debe dar a cualquier ciudadano desde su más tierna infancia. La E.S.O. es un fracaso porque parte de unos principios de integración e igualdad teóricos muy bonitos y elogiables, pero que llevados a la práctica no funcionan.
Preparémonos para ver los resultados de estas becas del despropósito.
1 comentario:
POS LLEVAS, TO LA RAZON
UN SALUDO
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