Francisco Balbuena es escritor prolífico, se adapta bien a todos los terrenos y ha ganado premios como el Ciudad de Badajoz, el Río Manzanares de Madrid, el García Pavón o el último Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2010. Pero es que además quedó en segundo lugar en el Premio Azorín 2007, y ha sido finalista del Ateneo de Sevilla 2007; del Juan Pablo Forner de Novela de Mérida 2007; del Premio Azorín 2008; del Premio Fernando Lara 2008; del Premio Felipe Trigo 2008 y del Premio Primavera 2009. Fue cuarto en el Premio Planeta 2008, segundo del Luis Berenguer 2008 y finalista del Premio Primavera 2009.
Con esta presentación sobran los calificativos. No es raro, por tanto, que el autor haya presentado “El alcalde del crimen”, su última novela publicada por Martínez Roca, en la última edición de la Semana Negra de Gijón. Es más, en la Casa Museo de Gaspar de Jovellanos de esta ciudad la novela habita una vitrina junto a otros libros que hablan del ilustre gijonés, por ser este precisamente el protagonista de la novela.
El “Alcalde del crimen” es una novela negra, pero también es una novela histórica. Podríamos decir que también es una novela costumbrista, ya que nos describe minuciosamente los usos y costumbres de la Sevilla del siglo XVIII. Es en esta época, posterior al Siglo de Oro pero todavía con sus influencias, es donde Paco Balbuena ha situado la trama haciendo protagonista de la misma a Gaspar de Jovellanos, que ostentó el cargo de alcalde del crimen desde 1774. Un cargo que ejercía labores de policía y de juez en una Sevilla convulsa, en la que se mezclan las ideas tradicionales con las ideas ilustradas, provocando en más de una ocasión incidentes graves entre la población y entre las diversas instituciones políticas y religiosas.
La novela es un viaje a nuestro pasado que discurre a través de 672 páginas. Por tanto, es una novela de envergadura con una trama principal y varias subtramas perfectamente enlazadas. Lo mejor que le puede suceder al lector después de terminar el libro es lo que me ha ocurrido a mí, es decir, que no tenía ganas de que terminase, cosa que no es fácil de conseguir por parte del autor en una novela tan larga. Esto no significa que una novela de cien páginas no tenga calidad, no, que las hay y muy buenas. Pero evidentemente no llevan el mismo trabajo que una más voluminosa, como es el caso.
La novela comienza con el asesinato de un religioso al que han decapitado. Jovellanos, como alcalde del crimen, se hace cargo del caso con la oposición del Tribunal de la Santa Inquisición, que en aquellas fechas todavía ostentaba gran parte de su tradicional poder. Pronto se da cuenta de que el criminal es un asesino en serie que regará las calles de Sevilla de religiosos decapitados en diversas circunstancias. En la investigación le ayudará Twiss, un viajero inglés que circunstancialmente se encuentra en Sevilla con su inseparable criado negro Hogg. Twiss yJovellanos, aparte de investigar los crímenes, cultivarán una gran amistad que durará hasta el final de sus días. Los asesinatos en serie constituyen la trama principal de la novela que además nos muestra una Sevilla oscura cuya vida transcurre en barrios bajos y en garitos y tugurios poblados por gente de baja estofa. Además, nos muestra amotinamientos de la población, comunes en aquellos tiempos, consecuencia del choque de las ideas supersticiosas y los aires nuevos de la Ilustración. El conocimiento que muestra el autor de las instituciones de la época y de las calles de la Sevilla del XVIII son fruto de una labor de documentación excepcional, trabajo que supongo ha sido arduo y que se debe sumar al propio de escribir una novela tan voluminosa. Tampoco se debe olvidar la labor de documentación en cuanto a los conocimientos científicos de la época expresados casi siempre en boca del médico Morico, empeñado en hacer las autopsias de los cuerpos cuando estas prácticas estaban todavía prohibidas por sacrílegas.
Por si hubiese pocos ingredientes en la novela, Paco Balbuena nos cuenta dos historias de amor: la de Jovellanos con una mujer noble y la de Twiss con una mujer plebeya, con diferentes resultados, por cierto, que no voy a desvelar, pero ambas igual de apasionadas.
En definitiva, tenemos una novela en donde el autor elige una época determinada de la Historia, sitúa a un personaje histórico dentro de ella y combina realidad con ficción. A estas alturas no voy a hablar del estilo de Paco como escritor, muy cuidado y a la vez sencillo, empleando términos propios de la época que hacen si cabe todavía más creíble la historia, así como palabras que aun estando en el diccionario no son muy conocidas, lo que enriquece el texto. Una novela amena, de entretenimiento y a la vez con un estilo de escritura propio, el de Paco, que a estas alturas no debe ya acreditar nada en el panorama literario español debido a su trayectoria. Y que, sin embargo, seguirá proporcionándonos nuevas obras ya que es de los escritores que siempre tiene algo en mente para contarnos. Su brillantez escribiendo seguro que le dará nuevos premios y nuevas ediciones de sus novelas.
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