Una noche, al venir de trabajar, aparqué en el barrio y me dirigí hacia el portal. Enseguida algo llamó mi atención: cinco o seis mujeres rumanas de etnia gitana junto con una cuadrilla de niños pequeños permanecían apostadas en la fachada del Lidl charlando animosamente. Me paré en el portal y encendí un cigarrillo contemplando la imagen. De repente, un empleado sacó las cubos de basura. E, instantáneamente, esas mujeres y esos niños volcaron los cubos en la acera y empezaron a llenar sus carros de la compra. Pan de molde, yogures, leche, conejo, pollo, todo caducado. Pero me llamó la atención la alegría de esos niños y esas mujeres, danzando alrededor de toda esa comida en mal estado, formando una algarabía fuera de lo común. Cuando terminaron, se marcharon con los carros llenos y con una felicidad que se adivinaba al contemplar las sonrisas que llevaban dibujadas en sus rostros.
Al llegar a casa, escribí un artículo que podéis leer aquí. Y al día siguiente, aún impresionado por lo que había visto, escribí un poema. Los hechos daban para un relato corto e incluso para una novela. Como tenía las bases de un certamen de Poesía Social, envié el poema para el concurso. Y hace unos días me comunican que he ganado el segundo premio, lo que me ha hecho especial ilusión, ya que tenía galardones en Novela Corta y Relato Corto, pero es el primer premio en Poesía, un género, que me parece Literatura en estado puro.
Os dejo aquí el poema premiado en el II Certamen de Poesía Social Julia Guerra, organizado por el Ateneo Republicano de Algeciras. Espero que os guste.
La fiesta de las sobras
La gente ya se retira,
ha oscurecido hace tiempo,
el frío se filtra hasta los huesos,
y anuncia el invierno.
A ellos no les importa,
ya no sienten el frío ni las horas,
ellas charlan y se ríen
mientras los niños
juegan, ríen y lloran.
Les miro, extrañado,
no sé lo que buscan,
ni lo que esperan,
fumo un cigarro observando,
calibrando sus esperanzas.
Hablan con alegría,
perdieron su tristeza
en alguna acera olvidada,
en un tiempo impreciso.
No entiendo nada,
hablan otra lengua,
pero no hace falta,
su felicidad casi contagia.
Están de pie,
se apoyan en la fachada,
blanca como la nieve,
pura como sus almas.
Nadie repara en ellos,
ni ellos se fijan en nada,
son mujeres maduras,
con sus niños, muchos niños,
y sus cabezas tapadas
con pañuelos de amargura.
Sigo observando,
¿qué esperan?
no deduzco nada,
hablan con palabras extranjeras,
palabras para mí extrañas,
los niños corretean,
por la acera y por la calzada.
La curiosidad me invade,
enciendo otro cigarrillo,
y miro a la gente
que se retira a sus casas,
encogidos por el frío,
pero ellos no se encogen,
esperan y hablan y ríen,
y no comprendo nada.
¿Es que ellos no tienen frío?
¿Es que no tienen casa?
¿Dónde están sus maridos?
¿Qué esperan tan felices con tanta calma?
El frío arrecia,
la noche avanza,
se me hace pesada la espera,
a pesar de mi abrigo,
a pesar de mi vida,
que apenas abriga esperanzas,
ellos llevan blusas,
y ni siquiera tiemblan,
sonríen, charlan,
y ellos sí,
están llenos de esperanza,
no me hago idea de lo que esperan,
con tanta placidez en sus caras.
Ya no hay gente en la calle,
sólo los que esperan,
y el que observa,
cada vez más cansado,
con más frío,
pero con la curiosidad intacta,
del que ve la alegría
de unos rostros,
y en el suyo indiferencia,
y desesperanza,
aunque posea un abrigo
y aunque tenga una casa.
De repente hay movimiento,
cesan las risas,
cesa la charla,
y todos se arremolinan
alrededor de un hombre,
con ropas del que trabaja,
que empuja un cubo mugriento
y que lo deja en la calzada.
Las mujeres abren la tapa,
y vuelcan el contenido
en las baldosas calladas,
sobre las que los niños corren
gritando en triunfal algarada.
Sus madres meten en bolsas
la comida caducada,
vacío el supermercado,
y las bolsas que rebosan,
conejo que ya no vale,
pan de molde de tostadas,
comida que no se paga,
pero que irán igualmente,
a las bocas de esos niños
de familias desamparadas.
Apago mi cigarrillo
y regreso con el frío incrustado en mi espalda,
a la cocina de mi casa.
Mientras preparo la cena
con comida ésta sí, pagada,
me propongo dibujar,
aunque sea en mueca calma,
una sonrisa en mi cara.
Y con la nevera llena
y cuatro paredes por casa,
me obligo a albergar
una brizna de esperanza.
15 comentarios:
Enhorabuena!!!!
Por el premio y por la calidad del poema, un abrazo.
Gracias, Felisa. Valoro tu reconocimiento viniendo de una poeta como tú. Un beso.
ENHORABUENA!!!
Reconocimientos como este, son los que a uno le animan, más si cabe, a continuar comunicando sentimientos a través de cualquier género literario.
Un abrazo.
Entiendo este premio. Es una poesía llena de contenido y ritmo. No es fácil bordar un poema dedicado a denunciar el dolor ageno.
Enhorabuena; que siga la racha. El próximo uno de novela.
Un abrazo.
Precioso poema y felicitaciones por el (más que merecido) premio.
Un beso.
Paco, colega, yo ya te he dado la enhorabuena en persona. No obstante, quiero hacerlo también aquí, en público. A ver si la próxima noticia es la publicación de alguna de tus novelas, ¿no?
Un abrazo.
Mis felicitaciones, Maestro. Está bien esto de que vayas recogiendo premios y honores. Sobre todo porque te marcan la dirección a seguir: el RBA de novela negra.
Un saludo
PD: Como apuntó Mercedes; contenido y ritmo.
Gracias, Carlos García, amigo. Llevas razón, un premio te anima a seguir. Gracias.
Muchas gracias, Mercedes. Aí, a ver si el próximo es uno de novela que, aunque fuera publicación, ya me alegraría, ya.
Muchísimas gracias, Rocío. Hay mucha gente que lo merece, pero esta vez me ha tocado a mí.
Carlos González, colega. Gracias y a ver si vemos alguna de las novela publicadas, ¿no?
Gracias también, Guido. Como ves, sigo la senda, no estaría bien ganar el RBA de golpe, ¿verdad?
Un abrazo a todos y gracias por vuestras palabras.
Enhorabuena, Paco, un poema con mucho brío. Felicidades por el premio.
Paco Velázquez
Enhorabuena, Paco, un hermoso y muy logrado poema. El tiempo pone las cosas en su sitio, y la calidad de tu trabajo es cada vez más reconocido. Un abrazo.
Gracias por tus palabras, Paco Velázquez. Un abrazo.
Muy amable, José Miguel, como siempre. Muchas gracias. Un abrazo.
Hola Paco, enhorabuena, quién nos iba a decir que de aquella reunión iba a ir saliendo tanto. Por tu constancia y tu valía, te lo mereces. He subido (con tu permiso) el poema y la referencia a tu blog al mío. Un beso. Blanca.
http://www.blancafloresblog.blogspot.com/
Muchas gracias, Blanca. Y sí, de todos aquellos que fuimos a la primera reunión y otros que se agregaron después, pues ahí estamos, dando la lata en blogs, en certámenes y los más afortunados publicando. Y la culpa la tienes tú, que fuiste la que nos liaste.
Un beso.
...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE:
PACO GOMEZ
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.
José
ramón...
Gracias por tus bonitos versos, José Ramón. Un abrazo.
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