Y cómo no, salió Larsson. En mi habitual recorrido por este tipo de actos, me estoy dando cuenta de una cosa: está de moda en los ambientes intelectuales decir que Larsson es un mediocre. Resulta que a los escritores y al público especializado no les gusta el sueco. Y yo creo que es la causa principal del auge de la novela negra en todo el mundo. A estas alturas, cuando acudía al acto en el Metro, en mi vagón había dos personas leyendo a Larsson. Creo que todos somos conscientes de la dificultad de ver a dos personas leyendo el mismo libro en un vagón teniendo en cuenta la cantidad de libros que se publican. Y, sin embargo, a día de hoy, cuando ya hace bastante tiempo que salió a la venta la última de la trilogía, la gente sigue leyendo Millenium. Y en verano era exagerado, te podías encontrar a cinco o seis personas leyendo un ejemplar de la trilogía en el mismo vagón.
Pues yo discrepo, no sé si eso me hace menos intelectual o no, pero a mí me encantó la trilogía. Y creo que tanta gente leyéndola ha propiciado que el siguiente libro que se hayan leído haya sido también policiaco, propiciando un incremento en las ventas del género. Mankell, por ejemplo, estaba ahí, pero, ¿cuánta gente ha leído a Mankell por primera vez después de leer a Larsson? Creo que mucha. Y que eso les ha llevado a leer a los demás suecos e incluso a los españoles. De hecho, los organizadores de la II Edición de Getafe Negro han programado multitud de actos con los suecos como primeros espadas del cartel. Por algo será.
Tengo la impresión de que en este país enseguida se tira por tierra a los autores que más venden. Hay veces que sí, que esos autores son malísimos. Pero no es el caso.
Por lo demás, el acto estupendo. Creo que Getafe Negro va camino de ser un referente Nacional e Internacional.
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