Quizá el ser humano, desde la perspectiva de especie, es el animal mas heterogéneo que puebla la Tierra. Aunque compartimos miedos, anhelos y otros sentimientos, por todos lados encontramos personas antagonistas o afines. Quizá esto sea la causa de tanta diversidad en el panorama literario. Los que leemos habitualmente hemos quedado relegados a una isla, rodeados de personas que jamás leerán un libro, que prefieren las videoconsolas, la telebasura o el fútbol. Las inquietudes literarias de la juventud, que son los futuros lectores y escritores, han descendido hasta niveles que se encuentran bajo mínimos y esto, aparte de peligroso, es desesperante.
El próximo día 5 de octubre es el día del docente. No hay nada que celebrar, por mucho que se empeñen quienes organizan estas efemérides. Nos han llenado las clases de niños y jóvenes sin el más mínimo interés por los temarios (perdón, currículums, no vayan a mosquearse los logsistas). Las cabezas pensantes pensaron que si llevaban a estos niños a los institutos al amparo de conceptos tan rimbombantes como “integración” éstos se contagiarían de las inquietudes de quienes sí van a los centros escolares para estudiar. La praxis diaria ha demostrado que se produce el efecto contrario, por mucho que se empeñen los reformistas en demostrar lo inverso e ignorar informes Pisa y demás estadísticas nacionales e internacionales. Es más, con la crisis se han reducido los presupuestos, no tenemos materiales, nos han bajado los sueldos y nos han metido 30 niños en las aulas, como consecuencia de la drástica disminución de la contratación de profesores, lo nunca visto.
Si el panorama era malo, este año y los venideros serán nefastos. Personalmente no me gustan ni los Harry Potters ni los códigos da vincis, pero ojo, son responsables de que muchos jóvenes y no tan jóvenes hayan leído por primera vez un libro. Leer es un placer, eso lo sabemos todos los que somos habituales lectores. Pero es un hábito que cuesta mucho adquirir y, desde luego, no se adquiere leyendo obras literarias sesudas en la más tierna infancia. Esto produce en muchos niños el fenómeno contrario, es decir, que tras abandonar la correspondiente novela en la página veinte, se hacen el propósito de no volver a leer. Se debe empezar por obras ligeras, sencillas y que tengan un lenguaje adecuado para de esta forma empezar a habituarse a leer. Ya vendrán tiempos de sumergirse en obras literarias de mayor envergadura. Éste es un trabajo que se debe hacer en casa y en la escuela, con mucho cuidado, seleccionando escrupulosamente las obras que se le dan a leer a un niño. Si no, estaremos condenándolo a vivir su vida sin Literatura y por tanto a ser más pobre. Y no hablo de dinero.
16 comentarios:
Muy importante tus palabras, y deberían aprender los docentes sobre el fomento de la lectura en los más jóvenes que cada vez, están más perdidos.
Al mío lo estoy metiendo poco a poco con lecturas agradables, intercambiándole algún cómic entre libro y libro, porque se me distrae, cada vez que coge el ordenador y se sumerge en Internet o en los juegos de la Wii en casa de su madre.
Mucha paciencia hay que tener con estos jóvenes...
Saludos.
Se debe ser muy cuidadoso a la hora de elegir lecturas para los niños (tienen que ser lecturas que les enganchen y hagan germinar en ellos el amor por la lectura) y constante en el esfuerzo. Eso, en parte, corresponde al profesor, claro, pero sin el esfuerzo e interés de los padres no se va a ningún sitio.
Cada vez se lee menos, Paco, y yo soy bastante pesimista al respecto: creo que con cada generación, el hábito lector cae y cae más. Ojalá me equivoque, pero creo que la cosa no tiene pinta de mejorar.
Saludos.
Suerte con tu chaval, Carlos. Lo cierto es que es complicado con las wiis y demás porquerías. Y sí, mucha paciencia.
Yo también soy pesimista, S.Cid. Creo que esto cada vez va a peor. Los profesores tenemos nuestra responsabilidad, pero hay mucho camino hecho si los niños ven a sus padres leer.
Un abrazo a los dos.
Para mi generación la lectura de tebeos fue un estupendo comienzo. De todos modos, siempre habrá gente que lea y otra, la mayoría, que no lo haga. Aunque eso no obsta para que conozcan las grandes referencias literarias en la escuela. Lo del fomento de la lectura no debe convertirse en una obsesión, sobre todo la de novedades literarias.
Un abrazo.
Creo que el hábito de leer se adquiere con el ejemplo vivo. De nada sirven recomendaciones ni títulos fáciles o difíciles. Es absurdo decirle a un niño que lea con el mando de la televisión en la mano. Los niños leen si ven que sus mayores disfrutan leyendo, todo lo demás es tontería. Pero claro, cómo puñetas van a leer los mayores si apenas les queda tiempo para dormir porque tienen que pagar las letras de los numerosos plasmas que hay en cualquier hogar. El niño piensa, si mis padres se matan a trabajar para pagar una tele es que la tele es lo más. Ahí empieza todo. Hemos perdido el poco hábito de leer que había en España porque constantemente nos venden que el ocio está en los recreativos, en los chiringuitos y en la pantalla; y claro, como leer es un ejercicio que requiere una disposición a la concentración y a la imaginación... Mejor la tele, que nos lo da todo hecho.
Este tema daría para mucho.
Un abrazo.
Si no me equivoco, esta es la segunda vez desde que camino por tu blog que planteas este tema. Te vuelvo a contar que yo tengo dos hijos, catorce y doce. Hemos leído en casa siempre, y reducir eso a lo necesario para enganchar a un niño a la lectura es simplificar mucho. En mi casa, la mayor lee libros sin descanso, escribe y aún así se decanta por las ciencias, el pequeño, jamás ha disfrutado de la lectura a pesar de haberlo "mamado".
La mayor, este año, en tercero de ESO, tiene seis libros de lectura obligatoria, tres de lectura voluntaria, sin contar con los dos libros en inglés y el libro en francés (obligatorios) Apostaría a que se lee todos y disfrutará con ello. El pequeño, tiene dos libros obligatorios en segundo de ESO. Apostaría por que los lee porque no le queda otra.
Y yo apostaría por que me leo los once y seguramente los disfrute.
Un saludo, Paco. Feliz semana.
Se me olvidaba, Paco, siete alumnos tienen los profes de mi hija en clase y once los profes de la clase de mi hijo. De esos siete, no más de cuatro pasarán a cuarto de ESO, de los once de la clase de mi hijo, no más de cuatro llegarán a cuarto intactos... Tienes toda, toda la razón. Ahhhh, y otra cosita, mi hija leyó La piedra filosofal con siete años, ha leído todos los de Harry Potter, su madre también, pero el último libro que hemos leído las dos, ha sido La sombra del viento.
Perdón por la extensión, otro saludo.
Auch! De niña no me gustaba leer, no, para nada y llegué a la facultad en esas condiciones! Me salvó una profesora de laboratorio que me dejaba sola con el microscopio mientras los demás leían la guía de trabajo... Ella sin querer fomentó en mi, el deseo de seguir investigando y comiéndome libros de esa materia que tanto me agradaba.
Hoy, leo mucho pero sólo de esos temas que son de mi interés, no lograrás que tome un periódico ni borracha, jaja! qué irresponsable!
Por cierto que pases un buen día del docente
Saludos
Cuando viajas en Metro, y compruebas lo que lee la gente, se te viene el alma a los pies.
Un saludo
Es cierto, José Miguel. Yo también me inicié en esto con los tebeos. El fomento de la lectura no debe ser una obsesión, todo lo obsesivo es malo, pero en los tiempos en que nos encontramos, sí debe ser un tema por lo que los políticos deberían preocuparse más.
Efectivamente, Mercedes, el tema daría para mucho. Pero estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión. Puede que los padres lean y el niño no lo haga. Pero desde luego ayuda y mucho que el chaval vea ese ambiente en casa.
Es lo que le decía a Mercedes, Evaasecas. Lo de tus niños es un ejemplo. Por cierto, qué suerte tienen de ser tan pocos en clase, no es lo habitual. Me alegro de que tu hija lea tanto, porque leer es un activo en la vida de cualquier persona, tú bien lo sabes. ¿Por qué no trabajas con el crío el tema de los comics? Yo empecé a leer así, ya sabes que los niños somos más brutos. Qué bien que leyerais "La sombra del viento" juntas. Es un libro estupendo.
Gracias, Viking, pero pasaré el día del docente con dos cursos de 30 alumnos en donde es casi imposible dar clase. Te las tienes que maravillar. A mí también me costó empezar a leer. De crío no era muy dado, excepto tebeos del capitán Trueno, Jabato, etc. Pero hija mía, cuando descubrí el placer de leer ya no he soltado. Por cierto, a mí sí me mola echar un vistazo al periódico por la mañana. A ti, pues nada, habrá que emborracharte, jajaja.
Llevas razón, Guido. Pero al menos cuando veo a alguien en el Metro con un libro, sea el que sea, me digo que por lo menos se lee. En Madrid, no obstante, se lee mucho. Viví 6 años en Algeciras y allí no hay ni una librería, salvo El Corte Inglés. Yo creo que era el único al que se veía por allí con una novela en la mano.
Un abrazo a todos.
Por lo que dices da la impresión de que en Algeciras solo viven cazurros y analfabetos, donde nadie lee y donde el único que lo hacia se fue a Madrid.
Creo que esa imagen que das de este pueblo no se corresponde con la realidad. Es cierto que aquí hay déficit de librerias, pero quien quiere leer, y lo hace, sabe donde debe acudir a buscar el libro que necesita o que desea.
Lo de cazurros y analfabetos lo dices tú, Algecireño, no yo. Sólo digo lo que vi. No hay ni una librería, sólo el Libro Técnico, pero ya me contarás. Ya sé que quien quiere leer lee, pero en Algeciras y en Tomelloso. Pero el índice de lectura en Algeciras es muy bajo, lo dicen las estadísticas. Me pateé las cafeterías mientras viví allí. Jamás vi a nadie con una novela en las manos. Quizá una o dos veces. Lo que quería decir es que la actividad cultural en la ciudad es casi nula.
Si vas por Cádiz, por ponerte un ejemplo, hay una librería en cada calle del casco viejo, no me refiero sólo a Madrid.
Siento haberte molestado, no era mi intención. Un saludo.
en mi casa nadi leía y yo, movido por mi curiosidad congénita me aficioné a los cuentos de Mortadelo y Filemón y a Asterix y Obelix, con los cuales pasé momentos irrepetibles; pasé varios años sin apenas leer nada hasta que a los 15 topé con El Camino, del gran Delibes, y me llegó hasta lo más profundo del alma: Desde entonces, han pasado 19 años sin que haya dejado de leer un sólo día.
La lectura es un hábito que cuesta mucho esfuerzo domeñar, familiarizarse, pero que una vez conquistada, es el placer más intenso y duradero que existe. No lo supera ni un buen polvo.
Después de tantos años de lectura ininterrumpida, ya llevo varios años disfrutando de la misma como un enano y presiento que irá a más ante la cantidad de buenos libros que me quedan por leer.
Bienvenido, Danicurri. La verdad es que lo has clavado. Yo tambie´n me inicié con Mortadelo y Filemón, Jabato, Capitán Trueno, etc. Coincido contigo en el grandísimo placer de la lectura. Un abrazo.
gracias a tí y enhorabuena por el magnífico blog
todavía recuerdo las risotadas que me pegaba con Mortadelo y Asterix, nunca he vuelto a reir así,quizás con "Mis amigas las truchas" y "Diario de un cazador", ambas de Delibes, que me ha hecho reir y llorar a partes iguales.
Gracias, Danicurri. Yo recuerdo cuando era pequeño y me leía un Mortadelo. No podía resistir y me carcajeaba en voz alta. Mi madre no lo entendía y creo que incluso llegó a temer por mi salud mental.
Un abrazo.
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