¡Malditos seáis, buitres!
Malditos seáis por siempre,
y que la maldición alcance a vuestros nietos,
y a vuestros bisnietos, y aún más allá.
Que os aprovechen los despojos ajenos,
y las migajas que recogéis con tanto ahínco.
¡Malditos seáis, buitres!
Podéis coger todo lo mío a cambio de mi desprecio,
me quedo con mi dignidad,
y con mi sonrisa velada.
Así sufráis la mitad de lo que yo he sufrido,
y que vuestra estirpe esté maldita por siempre.
No me importa caminar por el filo de la navaja,
sé que lo haré honrosamente,
mientras vosotros, carroñeros de lo ajeno,
tendréis que mendigar vuestra entrada en la luz.
Ni siquiera sonreiré cuando os vea suplicar,
os pagaré con racimos de indiferencia.
Disfrutad ahora con vuestra colección de miserias,
a mí me basta con la vista desde el ventanuco del lóbrego hotel,
la visión es extasiante y peligrosamente ausente,
pero sabed, buitres, que mi alma aún pervive,
y que subsistirá hasta veros hundidos en el fango,
suplicando comprensión y caridad disfrazada.
Malditos seáis por siempre,
y que la maldición alcance a vuestros nietos,
y a vuestros bisnietos, y aún más allá.
Que os aprovechen los despojos ajenos,
y las migajas que recogéis con tanto ahínco.
¡Malditos seáis, buitres!
Podéis coger todo lo mío a cambio de mi desprecio,
me quedo con mi dignidad,
y con mi sonrisa velada.
Así sufráis la mitad de lo que yo he sufrido,
y que vuestra estirpe esté maldita por siempre.
No me importa caminar por el filo de la navaja,
sé que lo haré honrosamente,
mientras vosotros, carroñeros de lo ajeno,
tendréis que mendigar vuestra entrada en la luz.
Ni siquiera sonreiré cuando os vea suplicar,
os pagaré con racimos de indiferencia.
Disfrutad ahora con vuestra colección de miserias,
a mí me basta con la vista desde el ventanuco del lóbrego hotel,
la visión es extasiante y peligrosamente ausente,
pero sabed, buitres, que mi alma aún pervive,
y que subsistirá hasta veros hundidos en el fango,
suplicando comprensión y caridad disfrazada.
¡Malditos seáis, buitres!
Y maldito el día en que os saludé inocente,
cuando pensaba que erais personas como yo,
cuando os entregué mi alma pura llena de amor,
sin esperar nada a cambio,
y me pagasteis con humillación y desvelo.
Carroñeros de lo ajeno,
cucarachas ebrias de poder y vanagloria,
sabed que si el dolor fuera sólido,
yo pesaría tres veces más de lo que peso,
pero no me importa, miro el mundo desde la 414,
y el mundo me devuelve con creces lo que le ofrezco.
¡Malditos seáis, buitres!
Y que vuestra maldad se vuelva contra vosotros,
y que la carroña que coméis infecte vuestras entrañas,
si es que tenéis, si es que poseéis alma,
si es que poseéis manos, ojos y piernas.
¡Malditos seáis, buitres!
Y maldito el día en que os saludé inocente,
cuando pensaba que erais personas como yo,
cuando os entregué mi alma pura llena de amor,
sin esperar nada a cambio,
y me pagasteis con humillación y desvelo.
Carroñeros de lo ajeno,
cucarachas ebrias de poder y vanagloria,
sabed que si el dolor fuera sólido,
yo pesaría tres veces más de lo que peso,
pero no me importa, miro el mundo desde la 414,
y el mundo me devuelve con creces lo que le ofrezco.
¡Malditos seáis, buitres!
Y que vuestra maldad se vuelva contra vosotros,
y que la carroña que coméis infecte vuestras entrañas,
si es que tenéis, si es que poseéis alma,
si es que poseéis manos, ojos y piernas.
¡Malditos seáis, buitres!
7 comentarios:
Después de leerlo, me vienen tantos nombre a la cabeza...!.
Menos mal que, para romper con esta dinámica de desesperanza y crispración que acompaña mis jornadas, hoy empecé un libro de Horacio Vázquez-Rial y esta noche me voy a cenar a La Cabaña. Seguro que el Cabernet Sauvignon, el sangrante lomo alto, la provoleta, el chorizo criollo, el tiramisú, la ensalada y un par de rones Bacardi 8 con Coca-Cola, me ayudan a dormir bien y formatear cuerpo y mente.
Un saludo.
Joder, Paco, vaya tela de poema de buitres y otras hierbas. Te ha quedado muy Poe, ¿no? No si yo ni a ti ni al Filo os veo componiendo un poema al estilo de "Volverán las oscuras golondrinas...". Vosotros, hala, a lo gore.
Poéticamente, muy bueno, me gusta.
Nos vemos.
P.D.: Guido al final no me comentaste si te gustó "Impar y rojo"
Carlos González:
Sí, me gustó, y más a medida que avanzaba en la lectura. Habría suprimido un par de pasajes pero, en conjunto, me pareció muy eficiente el modo en que crea el entorno del protagonista (más que la trama en sí). Seguramente vuelva a comprar algún otro título suyo.
Un saludo
tus maldiciones alcanzan proporciones casi bíblicas. Muy intenso, Paco. Enhorabuena. Un fuerte abrazo.
Guido:
Que aproveche, qué sería del ser humano sin la buena gastronomía. De acuerdo con lo de Oscar Urra, un magnífico creador de entornos.
Carlos:
Gracias, colega.
José Miguel:
Muchas gracias. Creo que en la poesía hay mucho por investigar y a mí me gusta hacerlo. Me gusta gritar al componer versos, me meto en otro plano y esto es lo que sale. Después, al leerlo, no me reconozco. En fin, ahí queda.
Un abrazo a todos.
La verdad es que después de leer tu poema he ido directamente a los comentarios para solidarizarme contigo, pero se me ha ocurrido dar una ojeada al de Guido Finzi y no ha hecho falta llegar a los rones. Con el Cabernet Sauvignon ya me he quedado con la vista fija en el infinito sin que me importara que estuvieran royendo mis entrañas esos incansables carroñeros que no se merecen de nosotros, como bien dices, mas que nuestro desprecio.
De acuerdo, Pichiri. Gracias.
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