La enseñanza obligatoria hasta los 16 años que, en principio parecía un logro social, es una farsa. Hay muchos niños que con 12 años se plantan, no quieren estudiar más, y lo que les queda por delante son cuatro años encerrados en un instituto, secuestrados en un aula “por ley”. No estudian, por tanto, se aburren, y para paliar el aburrimiento se dedican a reventar clases. La consecuencia inmediata es que el profesor de turno debe gastar la mayoría de los minutos en mandar callar e intentar mantener la disciplina, cosa que consigue a duras penas porque ¿de qué herramientas dispone? Pues de ninguna, salvo su palabra. A un niño de los de hoy ya no le asusta un parte de disciplina o que le lleven a Jefatura de Estudios. Y, en la mayoría de los casos, cuando se llama a los padres, éstos creen más en la palabra de su hijo que en la de los educadores. Cotidianamente el niño cuenta los hechos según le beneficie, es decir, mienten a los progenitores, y éstos les creen. La figura del profesor ha sufrido un desprestigio sin precedentes. En los hogares se están creando niños vagos y consentidos que acaban teniendo egos como catedrales. Vamos, que la primera vez que escuchan la palabra “no” es en el instituto, y claro, los angelitos no la entienden.
Y da igual que gobierne el PP que el PSOE, o los nacionalistas en determinadas comunidades autónomas, parece que los políticos están ciegos y sordos. Y mientras que las reformas las sigan haciendo pedagogos y gente que no ha pisado un aula en su vida esto no tendrá arreglo.Señores políticos, por favor, actúen. Consulten a los que saben de esto, es decir, a los que llevan toda su vida en las aulas. Porque un país no puede permitirse el lujo de que sus jóvenes sean unos brutos integrales. Lo pagaremos caro. De hecho, pienso que ya lo estamos pagando.
Publicado en Libertad Digital (12-5-2009)
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
Estoy de acuerdo contigo. pienso que en lo relativo a educación tendría que haber un consenso entre todos los partidos y que consultaran con los docentes y demás expertos en la materia.Como madre me parece que los niños cada vez tienen menos cultura,menos conocimientos y los maestros cada vez tienen menos medios.
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Totalmente de acuerdo.
Pero hago una reflexion y voy mas lejos.
Soy de una generacion, en la que hemos trabajado para los padres, o sea para la mejoria de la casa;
y despues, para los hijos, que seran nuestros, mientras vivamos.
Los padres de ahora: que dicho sea de paso, son los hijos de mi generacion, viven por y para ellos ;
con tal de que los hijos no los molesten le consienten y le dan todo, todo lo que pidan;
menos educacion, respeto,y en una palabra los valores morales que debe tener cualquier persona y se empieza desde niño.
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