Sueño mi amor imposible,
desde la ventana de mi salón,
desde los panales de mi alma,
desde la mano tendida
a la mujer de agua,
que me nubla la vista,
y sonríe desde la levedad de su rostro,
marcado por el sufrimiento atroz,
con la desgana que da la vida,
con las cicatrices del desamor,
vendido en la esquina de cualquier calle,
prostituido sin pudor.
Sueño mi amor imposible,
prendado de frustración,
quieto como un niño dormido,
sobre la techumbre de mi tristeza,
bajo la bóveda de la desazón,
con susurros balbuceantes,
en silos de melancolía,
en un paisaje de flores muertas,
en un desierto de sentimientos destrozados,
me canso de ser como soy,
me agoto de soportarme
y de no poder tenerte.
Sueño mi amor imposible,
en torreones ingrávidos de dolor,
en marquesinas tapizadas de muerte,
no quiero más verte cerca,
silueteada de perfumes ante mí,
sueños de amor imposible,
sentimientos mártires de pasión,
marcapáginas indolentes y fríos,
quietos y desesperados,
como mis pensamientos,
fúnebres y torturados,
desde la ventana de mi salón,
desde los panales de mi alma,
desde la mano tendida
a la mujer de agua,
que me nubla la vista,
y sonríe desde la levedad de su rostro,
marcado por el sufrimiento atroz,
con la desgana que da la vida,
con las cicatrices del desamor,
vendido en la esquina de cualquier calle,
prostituido sin pudor.
Sueño mi amor imposible,
prendado de frustración,
quieto como un niño dormido,
sobre la techumbre de mi tristeza,
bajo la bóveda de la desazón,
con susurros balbuceantes,
en silos de melancolía,
en un paisaje de flores muertas,
en un desierto de sentimientos destrozados,
me canso de ser como soy,
me agoto de soportarme
y de no poder tenerte.
Sueño mi amor imposible,
en torreones ingrávidos de dolor,
en marquesinas tapizadas de muerte,
no quiero más verte cerca,
silueteada de perfumes ante mí,
sueños de amor imposible,
sentimientos mártires de pasión,
marcapáginas indolentes y fríos,
quietos y desesperados,
como mis pensamientos,
fúnebres y torturados,
imposibles sueños de amor.
1 comentario:
Precioso Paco. Un abrazo desde Puerto Real.
Charo.
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