Cuando me planteé escribir esta novela, pensé en algunos
temas que me habían marcado como lector: las órdenes de caballería, las órdenes
herméticas europeas (Golden Down, órdenes de rito masónico, etc.) y en las
otras realidades que plantean los chamanes desde Sudamérica a la estepa rusa,
pasando por África, Oceanía y sin pasar por alto la propia tradición druídica
europea. Desde que era un joven apasionado y soñador, quizá prematuramente
desilusionado por la realidad que me rodeaba, me llamaron la atención
filosofías que promulgaban otras dimensiones más elevadas a las que todos
podríamos tener acceso, siempre que fuera a través de la experimentación, no de
la fe. Por eso nunca fui muy religioso, porque eso de creer en lo que dicen
unos y otros por el artículo treinta y tres no va conmigo. A pesar de todo, en
mis novelas siempre salen curas, obispos y en esta última hasta el Papa, la
ignorancia es muy atrevida.
Yo no me inicié en la lectura con el Quijote ni con los
clásicos, me aburrían someramente. Mi padre fue toda la vida un obrero y mi
madre una ama de casa. Lo que quiere decir que en mi casa no había estanterías
de caoba repletas de libros. En mi calle había charcos y barro en invierno, y
tierra reseca en verano. Pero había biblioteca, en la que te podías refugiar
cuando hacía frío o calor. Así que un día llegó a mis manos un tomo de cuentos
de Poe. Más tarde vinieron Castaneda y Lobsang Rampa. Después Michael Ende y
King.
Por eso, tanto en mi novela “El círculo alquímico” como en
la nueva, “Al otro lado”, publicados ambos por la editorial Ledoria, hay mucho
de esos mundos que yo me imaginaba de joven, mundos que trascienden la realidad
ordinaria para enseñarnos lo que no se puede percibir en el estado de vigilia.
“Al otro lado” nos describe el relevo generacional de un grupo que maneja todos
estos conceptos. He fusionado chamanismo con tradición hermética europea,
escribiendo algo que yo pienso que nadie había escrito todavía, siempre en el
terreno de la ficción. Hay pasajes históricos, pero no quería escribir una
novela histórica, sino actual. Por eso la trama empieza con una periodista que
quiere escribir una novela sobre su abuelo, que murió en un campo de
prisioneros francés al término de la Guerra Civil. Para ello, Carmen concierta
una entrevista con un anciano que también estuvo en el campo de Vernet y que
dice
haber conocido a su abuelo. Pero el anciano no es en realidad quien dice
ser y deja impresionada a la periodista con un tema que no voy a desvelar por
no destrozar la trama ante los lectores y que será el que escoja la periodista
para escribir su novela. Pronto se dará cuenta de que la novela es un ardid del
anciano para atraerla a una misteriosa casa de Serrano que es una de las sedes
de la organización cuyo maestrazgo ostenta él mismo. Carmen y su amigo Juan
Carlos, historiador que le ayudará en la documentación, pronto descubrirán que
en la casa no están solo ellos, sino un grupo cuyos componentes, de la más
variada procedencia, serán compañeros suyos en la andadura de relevar al
antiguo grupo en la organización.
La trama está centrada en Madrid, pero también en Burgos, en
el condado de Cork (Irlanda), Roma y Asturias, ya que siempre hago viajar a mis
personajes, física y espiritualmente. De todas formas, no es una novela que se
adentre en profundidades filosóficas. Mi intención siempre es la de entretener
al lector con una historia que se pueda leer en casa, en el Metro o en la
consulta del médico. Y si lo consigo con esta nueva novela, si consigo una
sonrisa en un lector o un mensaje de agradecimiento por haberla escrito, mi
misión estará cumplida.
Unas pinceladas biográficas:
Tengo 46 años, así que ya he visto unas cuantas cosas. Desde
hace veinte imparto clases de Electrónica y Electricidad en un instituto
público. Hace relativamente poco empecé a escribir novelas. También escribo
relatos, poemas y canciones. Además toco la guitarra, la batería y canto.
Actualmente toco en diversos garitos (donde me dejan) con Rock & Books
(con los compañeros escritores Pedro de Paz y Javier Márquez).
En 2010, la Editorial Ledoria publica mi primera novela,
"El círculo alquímico". Esta misma editorial sigue confiando en mí, y
este mes de octubre de 2012 quedará en mi recuerdo por la publicación de mi
segunda novela, "Al otro lado". Ambos son una fusión de géneros,
aunque han sido clasificados como thrillers esotéricos. He ganado premios de
novela corta y poesía y he sido finalista en muchos. Hay relatos y poemas míos
en una buena cantidad de antologías. Pero no os fiéis de los premios. Yo hace
tiempo que he dejado de participar en ellos. Leed mis novelas y, si os
entretienen, yo me doy con un canto en los dientes.
Me lo paso bien escribiendo, así que amenazo con seguir
haciéndolo. Desde mi punto de vista no hay nada comparable con la música y la
literatura. Lo jodido es que nunca dejas de aprender, que mola, no digo que no.
Pero a veces también es una jodienda por el esfuerzo que implica. No vivo de la
música ni de mis libros. Hacerlo es jodidamente complicado. ¿Que si me
gustaría? Sería el tipo más feliz del mundo.
2 comentarios:
El mejor premio es que te lean,Paco.
Enhorabuena por esta segunda novela publicada y a por la tercera.
Un abrazo.
Desde luego, compañero. Y amenazo con la tercera, sí. Un fuerte abrazo.
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