Si tengo que decir cuándo conocí a Javier Lorenzo,
no lo recuerdo. Solo sé que empezamos a coincidir en saraos literarios y que
empezamos a saludarnos y a hablar. Estas reuniones de escritores, convocadas
por editoriales, revistas culturales o por algún escritor que presenta novela
nueva, son uno de los alicientes de vivir en Madrid.
Javier es un tipo alto, recio, de sonrisa bonachona, que
derrocha camaradería, aunque tras esa mirada suya, he creído vislumbrar una
mala hostia oculta a la que no me gustaría enfrentarme. O quizás, solo sean
imaginaciones mías.
Tras habernos saludado unas cuantas veces, miré en Internet
su trayectoria, encontrándome con un tipo que es periodista y que empezó
trabajando en la cadena SER para pasar después a El Mundo,
dando rienda suelta a su gran pasión, escribir. Pero además, Javier es árbitro
de esgrima, deporte del que fue campeón de España junior en 1980 y miembro de
la selección nacional durante cinco años.
En cuanto a su trayectoria literaria, publicó “La
España hortera”, un ensayo prologado por Luis Carandell,
y realizó guiones para televisión. Su primera novela, “El último
soldurio” (12 ediciones y 50000 ejemplares vendidos) ve la luz con Planeta,
al igual que la segunda, “Las guardianas del tabú”, ambas novelas
históricas.
Quedé con Javier y su inconfundible coleta la pasada Feria
del Libro de Madrid. Esta cita aplazada varias veces por respectivos
problemas de agenda, tiene su origen en la presentación de la novela de otro
amigo, Jorge Díaz (por cierto, si no habéis leído “La
justicia de los errantes” no sé a que esperáis), en donde Javier y yo
nos encontramos por enésima vez en el bar al que fuimos después de la
mencionada presentación. Charlamos breve pero intensamente. No voy a desvelar
aquí el contenido de nuestra conversación, que queda para nosotros, pero de ahí
surgió la idea de citarnos para que él me entregara su última novela.
Como decía nos vimos en el Retiro, tomamos una cerveza y nos
despedimos. Yo me llevé “El error azul” (Planeta, 2011) bajo el
brazo, con ganas de leerlo en cuanto terminara de leer la novela con la que
andaba aquellos días. Lo cierto es que no he podido hincarle el diente hasta
hace bien poco por problemas de tiempo, pero una vez leída la primera página, no
he podido dejar de leer.
La trama está narrada en un lenguaje exquisito, lo que
denota el depurado estilo de Javier. Lo hace con la técnica del narrador
omnisciente, que aporta variedad de escenarios y puntos de vista. Pero además,
el texto se enriquece con capítulos narrados en primera persona por Martín,
uno de los personajes principales. La historia gira en torno a Amelia,
una mujer muy distinta a las demás, bellísima y adelantada a su tiempo. Su
encanto hace que Alberto se enamore perdidamente de ella. No solo
no es correspondido, sino que ella elige a Martín, rival en lo personal y en lo
ideológico. A partir de aquí, la vida de Amelia se convierte en maldita. La
época histórica de “El error azul” abarca desde pocos años antes de la Guerra
Civil Española hasta la posguerra y posterior evolución de España como
país que vive la dictadura de los vencidos. Alberto, victorioso en lo
ideológico sigue acechando a Amelia durante años. Martín la tiene a ella, pero
combatió con las tropas de la República, lo que marca decidida y dramáticamente
su vida.
Sin duda, la trama principal la constituye este triángulo de
personajes, pero en la novela hay más. Se describen paisajes rurales y urbanos.
Y Javier nos cuenta de forma excepcional los otros paisajes, los humanos. Nos
habla de amor y de otros sentimientos antagónicos, como la mezquindad avalada
por una posición de poder. Y aunque no se puede decir expresamente que sea una
novela sobre la Guerra Civil, ya que la historia podría haberse ambientado en
cualquier otra época, el autor nos sumerge de lleno en uno de los periodos más
dramático de nuestra historia, contándonos episodios amargos del pueblo del que
son originarios los tres protagonistas; de cómo los vencedores represaliaron
brutal y salvajemente a los vencidos; de la guerrilla que continuó por diversas
zonas de la geografía española una vez que terminó la contienda.
“El error azul” es una de las mejores novelas que ha caído
en mis manos en los últimos tiempos. Una novela que demuestra que el estilo no
está reñido con la historia. Un libro de esos que cuando te quedan pocas
páginas, sientes que se va a acabar, cosa que no quieres, aunque por otra parte
te apetece mucho conocer el desenlace que, en este caso, es inesperado y
espectacular.
Javier Lorenzo seguirá escribiendo, sin duda, porque esto es lo suyo. E
independientemente de las crisis o los altibajos de las editoriales, seguirá
publicando, porque siempre habrá editores interesados en sus manuscritos. Y yo,
ya cuento con él como amigo. Pero a partir de ahora, cuento con él como autor
de cabecera. Enhorabuena, escritor.
2 comentarios:
El otro día vi el libro que comentas, el error azul, en una librería de estas que venden libros rebajados, a un precio mucho más bajo del que debía de tener al salir al mercado. Y la verdad, no entiendo el mundo de las editoriales, cómo se puede poner a precio de saldo un buen libro al poco de haberlo editado.
Saludos.
Te entiendo. Visto desde fuera, este mundo es muy engañoso. Para las editoriales, un libro que tiene un año de vida ya está muerto. Por eso, ponen los restos a 5,95. Prefieren recuperar algo del dinero invertido, aunque pierdan, que tirar todos los que queden de la edición. Conozco casos incluso, en donde el escritor ha querido comprar ejemplares suyos de restos y la editorial ha preferido tirarlos.
Como digo, visto desde fuera, este mundo parece que tiene mucho glamour. Pero en realidad es un mundo en donde el escritor tuene que tener otro trabajo para vivir, ya que son pocos los que pueden decir que viven, en algunos casos yo diría más bien malvivir, de esto.
Un abrazo.
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