“La
justicia de los errantes” (Plaza y Janés), de Jorge Díaz, es una novela
para sentarse tranquilamente ante un café y disfrutarla. Aun siendo una
historia de ficción, está basada en hechos reales, en donde los personajes
históricos se mezclan con otros inventados, como por ejemplo Paz,
una joven mulata hija de un anarquista canario emigrado que acompaña a Durruti
y Ascaso en su periplo americano. Pero lo que son las cosas...
Como el propio autor reconocía no hace mucho, Paz bien pudo existir, ya que
recientemente, alguien le dijo que su abuela conoció a los mencionados
anarquistas e incluso estuvo con ellos en Sudamérica.
La novela
narra básicamente las aventuras de Buenaventura Durruti y su compañero Ascaso,
activistas anarquistas que comenzaron a actuar en los años veinte. Idealistas
en los comienzos, empiezan a actuar contra el capitalismo y a favor de la causa
obrera, pasando a realizar atracos y asesinatos selectivos entre la élite
política, militar y religiosa. Si bien la trama comienza en España, narrando
importantes acciones como el atraco al banco de Gijón o la ejecución de un
prelado, la novela se centra en el periplo americano, es decir, en el viaje que
hicieron los dos anarquistas a Sudamérica toda vez que en España estaban ya muy
acosados por la policía. Desembarcan en Cuba y van pasando por Méjico, Chile,
Argentina y Uruguay.
Podemos
decir que es una novela histórica, ya que narra hechos históricos ocurridos en
el pasado. Pero podríamos decir también, sin temor a equivocarnos que es una
novela negra, ya que hay tiros, atracos, persecuciones, etc. Buenaventura
Durruti es una figura suficientemente conocida, tanto por lo ya dicho como por
su activismo en los años previos a la Guerra Civil, hasta su asesinato en
extrañas circunstancias en la Ciudad Universitaria una vez empezada la
contienda. Pero también hay que decir que en España no nos sabemos vender, no
se sabe muy bien si por la imposibilidad de vencer tópicos o porque lo llevamos
en los genes. Como he comentado varias veces con el autor, si estos dos
hubiesen sido americanos, les habrían hecho folletines, novelas y películas.
No voy a
posicionarme aquí en cuanto a si lo que hacían estos tipos estaba bien o no,
hace tiempo que soy apolítico. Pero lo que es cierto es que las circunstancias
eran las que eran y que el anarquismo triunfó en España como en ningún otro
lugar. Verdaderamente, dejando a un lado las ideologías, Jorge hace que te
identifiques con los personajes. Por lo que yo ya sabía y por lo que el autor
me ha recordado con esta estupenda novela que por momentos parece un western,
estos tipos eran especiales, estaban hechos de otra pasta. Tenían dinero para
darse la gran vida. Sin embargo, al llegar a un lugar, mientras estudiaban los
posibles objetivos, lo primero que hacían era buscar trabajo, ya que se
consideraban obreros. Y si un día no tenían para cenar no lo hacían, a pesar de
tener un millón de pesetas en bolsas procedentes de atracos debajo de la cama.
Ese dinero era para la causa obrera y era sagrado.
La novela
utiliza la técnica del narrador omnisciente para narrar los hechos que se
producían en distintos escenarios. Sin embargo utiliza el tiempo verbal
presente, algo menos habitual y que me sorprendió. Hace poco le pregunté a Jorge
por esta circunstancia en Málaga, dentro de las jornadas “Mejor con un
libro”. Me dijo que quería hacerlo así para ir escribiendo según
sucedían las cosas, para que el lector terminara un capítulo y su percepción
fuera la de estar dentro de la historia y viajar con los personajes al mismo
tiempo que ellos. Escribir en presente es mucho más difícil que escribir en
pasado, de hecho le causó más de un problema con los verbos y con sus editores.
Pero la obra salió adelante según el criterio del escritor, como debe ser.
Todo
protagonista debe tener su antagonista. En este caso, nuestros dos amigos son
perseguidos a través de los capítulos por el inspector Valenzuela,
un hombre de moral muy cuestionable que no duda en hacer suya la máxima “el
fin justifica los medios”. Un policía que se hace más odioso si cabe por
ser hijo de un anarquista preso al que no visita más de tres veces en la novela
y siempre para obtener un beneficio.
Con una
trama fabulosa, Jorge recrea estupendamente el ambiente prebélico de una España
muy inestable en donde las ideologías de todo tipo campaban a sus anchas y en
cuyo nombre se cometían crímenes y todo tipo de atrocidades. Son interesantes
los datos que el autor aporta sobre los anarquistas exiliados en París con García
Oliver a la cabeza, mezclados con anarquistas de otros países,
italianos sobre todo, y con la bohemia de pintores y literatos que en aquel
entonces eligieron la ciudad de la luz y sus bulevares para buscar la
inspiración de sus obras.
Una novela que, en
definitiva, no os podéis perder, llena de aventuras y de hechos históricos que
os ayudarán a comprender la realidad de un país, España, cuyo escenario actual
se va pareciendo peligrosamente y cada vez más a los paisajes de “La
justicia de los errantes”.
3 comentarios:
Hola, Paco. Me paso por tu blog para comunicarte que el blog de Editorial C & M vuelve a estar activado, esta vez en Blogger.
Perdí las entradas de los últimos cinco años, pero lo importante es volver a estar de nuevo por Internet.
Nos leemos.
Un abrazo.
Carlos
¿Y cuándo sale tu próxima novela en Ledoria? Tiene que estar al caer, ¿no?
Gracias, Carlos.
Lo último que sé es que a finales de verano, anónimo.
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