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Al otro lado

Al otro lado
"Al otro lado", de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-15352-66-2.
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Presentaciones:

Sábado, 27 de abril a las 12 h. en la Feria del libro de Granada, en el Centro de Exposiciones de CajaGRANADA Puerta Real. Me acompañará en la presentación el compañero de Granada Jesús Lens. Y a las 13 horas firma de ejemplares en la Caseta de Firmas.

Sábado, 20 de abril, de 11 a 13 h. y de 17 a 20 h. en la Feria del Libro de Fuente el saz de Jarama.

Sábado, 26 de enero a las 20 h. en el Museo Municipal de Alcázar de San Juan. Me acompañará en la presentación el compañero de Ciudad Real José Ramón Gómez Cabezas, autor de "Réquiem por la bailarina de una caja de música", de la Editorial Ledoria.

Martes, 23 de octubre a las 19.30 h. en la librería Estudio en Escarlata (Guzmán el Bueno 46, Madrid). Si no puedes acudir y queréis un ejemplar firmado, ponte en contacto con ellos y pídeselo (91 543 0534). Te lo enviarán por correo.

Miércoles, 24 de octubre a las 18 h. en Getafe Negro (Carpa de la Feria del Libro). A las 20 h. participaré en una mesa redonda con otros compañeros de la Editorial Ledoria titulada "En los arrabales de la Novela Negra.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Mi banco del parque (37)

Esta noche siento la coerción de la espesura de la noche. Ignoro lo que espera de mí cuando ni yo mismo espero las migajas de mi voluntad, por mucho que se conglutinen las circunstancias nocturnas. Enciendo un cigarrillo en mi banco del parque, bajo la luz inexistente de la farola fundida, y desaderezo mis pensamientos de lastre superfluo. Noto como mi espíritu se encuentra entrapajado en un lienzo silente y emponzoñado, exudando tristeza y sin ganas de dar una vuelta más en la invisible rueca de las esperanzas yermas. Me siento como un espectro que no hace sino tremolar sentimientos cada noche. Cae la fina lluvia sobre la impermeable presencia de la soledad, acomodada a mi izquierda. Impermeables a mí son sus pensamientos, cosa que agradezco; bastante tengo con lo mío. No hay luna y no alcanzo a ver ni una estrella. Tampoco han venido las criaturas de la noche. Brillan por su ausencia los cantos de los animales nocturnos. Hundo mis pies desnudos en el barro. Siempre que lo hago se agudizan mis sentidos. Pero no hay nada por lo que sentir. No hay nada por lo que luchar. No hay nada por lo que vivir, excepto este banco y este parque, que más parece un estado mental que un escenario vital. Apago mi cigarrillo y, totalmente empapado, toco el ala de mi sombrero. La soledad entiende que quiero marcharme, pero no hay ningún sitio adonde ir. Soy como un vagón de tren que avanza por una vía solitaria con parada en ninguna parte. Finalmente me despojo de la ropa y me tumbo de espaldas en el suelo. Siento la tierra fría. Siento mi gélido interior. La soledad me arropa con un manto de melancolía.

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