Ya antes de desperezarse, notó ese olor característico a sudor de hombre que la noche anterior le había embriagado. No quería despertar, deseaba que todo hubiese sido un sueño. Se dio media vuelta y, armado de valor, empezó a abrir los ojos. Vio su espalda, su cuello y su pelo. Observó como el cuerpo que había amado con pasión se movía con ritmo acompasado debido a la respiración. Sintió repulsión. Se separó instintivamente del hombre que había dormido a su lado y, de un salto, se levantó de la cama. Se puso los calzoncillos y los pantalones debatiéndose entre un pudor obsesivo que le recorría de arriba abajo y la náusea que parecía que iba a brotarle desde los más hondo de sus entrañas. Luego se enfundó una camiseta. Paseó por el cuarto como si no supiera lo que hacer, entre sudores fríos que parecían aflorar desde lo más hondo de su ser. Se maldijo, se maldijo mil veces y se juró a sí mismo que no volvería a hacerlo. Se sentía fuerte en cuanto al dominio de su voluntad en ese momento, pero era ficticio, aunque él lo ignoraba, como siempre. Se acercó hasta la cama y agarró con asco el hombro de aquel hombre que todavía dormía y le despertó casi zarandeándolo. El otro tuvo un despertar brusco y no supo comprender lo que estaba pasando. Sólo vio al hombre con el que había pasado la noche con la cara desencajada, gritándole e instándole a que se levantara inmediatamente y se marchara. Sin comprender, intentó razonar con él, aunque rápidamente se dio cuenta de que estaba fuera de sus casillas, muy violento. Como lo había conocido la noche anterior, optó por no seguirle el juego. Se vistió lo más rápido que pudo para evitar esos momentos desagradables que estaba viviendo nada más levantarse. Lo que tenía que haber sido un despertar agradable con desayuno incluido era un infierno. Todavía sorprendido, logró asearse mínimamente en el baño mientras el anfitrión seguía gritándole e insultándole. Y, poco después, abandonó la casa sin despedirse.
El dueño de la casa seguía sintiendo asco y repulsión. Arrancó las sábanas de la cama y las echó atropelladamente a la lavadora. También se desnudó, e hizo lo mismo con la ropa. Se sentía sucio, muy sucio. Accionó la puesta en marcha del electrodoméstico y se metió en la ducha. Se frotó hasta la extenuación y se quedó media hora debajo del agua pensando en lo obsceno y lo deshonesto que le había parecido todo lo ocurrido la noche anterior. Era la misma sensación de siempre, lo mismo que sentía todas las mañanas que se despertaba con un hombre al lado. Al salir de la ducha sólo sentía odio, mucho odio. Se puso ropa limpia, abrió el cajón y contempló la Beretta 92F, limpia e inmaculada. Sintió muchas ganas de matar.
16 comentarios:
Paco, a mí me parece acojonante. Creo que has plasmado lo que te conté pero además has añadido intriga y un ambiente como de violencia y desquiciamiento del pavo de la hostia. Dan ganas de seguir leyendo, que es de lo que se trata. Un abrazo, tío.
¡Bien, bien y bien! La narración engancha, suscita preguntas, sientes ganas de pasar la página y seguir, seguir y seguir. La historia promete.
Te diré algo, aún a riesgo de parecer una pelotas recalcitrante, eres novelista.
Ahora bien, yo haría unos cambios fundamentales para la envoltura literaria de la obra. No te aflijas, todos caemos en los mismos errores, yo sigo luchando contra las mismas coletillas, defectos de forma y frases hechas que desvirtúan mis obras, que no errores de bulto. Somos vendedores de sueños, alcanzar la excelencia vendrá por añadidura. Sea como fuere, son defectos de forma, se pueden corregir, la esencia es magnífica.
Perdón por mi osadía, pero como me has pedido opinión y yo sé lo que ayuda el consejo de alguien que te aprecia...
Adelante, no te quepa duda de que cuando esta obra esté en el mercado seré de las primeras en leerla.
Carlos González:
Ya sé que cuento con tu beneplácito siempre, amigo, jaja. No obstante confío en que tus halagos sean en base a la calidad literaria y no a tu amistad, que ésa nos vale para pasárnoslo de escándalo siempre que salimos por ahí.
Mercedes:
Gracias, de verdad aprecio tu opinión, en calidad de escritora que eres. Claro que haré esos cambios que dices en la fase de corrección, esos aspectos que cuando vamos escribiendo no nos damos cuenta.
Gracias a los dos y un abrazo.
El inicio es intenso y eficaz..., muy eficaz, puesto que consigues lo que todo escritor debe lograr: enganchar el interés del lector. Tras las 3 ó 4 primeras líneas me has dejado... pasmada.
Con sólo este "par de pinceladas" en unas líneas, has logrado dibujar un boceto del personaje (que supongo será el principal) al plantear en él una lucha vital.
Muy bien, muy bien. Como dice Mercedes (también yo pecaré de osada, quizá), "aparecen defectillos de forma, que no de bulto; pero la esencia es magnifica". Subscribo sus palabras.
Saludos y ánimos para continuar.
S.Cid:
Gracias, tú sí que me has dejado pasmado. Con amigas virtuales como tú, un escritor como yo se anima a seguir. El personaje es un secundario, pero es el que tiene un papel vital en la trama. Un abrazo.
Como comienzo no está nada mal, Paco. Engancha a la lectura. Ya nos irás contando.
Un abrazo.
He sentido curiosidad, he empezado a leer y me ha enganchado desde la primera línea, yo solo puedo darte opnión de lectora, opino que está genial.
Un abrazo Paco
Coincido plenamente con Mercedes. En la forma está bien, habría que modificar algunas cosillas, pero sobre todo engancha, porque nos adentramos en los sentimientos interiores del personaje: esa dualidad de lascivia y a la vez repulsión por lo que hace. Intuimos que emocionalmente está mál, y lo dices por la violencia (que es signo característico de las personas inestables).
Muy bien, Paco. Adelante con la novela.
Un abrazo.
Gracias, José Miguel y Madison, ojalá produzca el mismo efecto en algún editor cuando esté acabada.
Gracias, Carlos. Efectivamente, el personaje es un psicópata y en este capítulo empiezo a dibujarlo.
Un abrazo a los tres.
Bien. bien. Un personaje atormentado, con dudas, entiendo que un tipo duro, genial. Como lo has pedido, me voy a tomar la libertad de hacer unos comentarios, como humilde lector, que no escritor (ójala):
Genial el principio, no se sabe que es un hombre hasta que se aleja de la cama de un salto y se viste. Solo creo, que alguien como el protagonista, que no reconoce su condición, pero que no puede evitarla, tendría una reacción distinta al despertarse: Creo que saldría de la habitación y la cerraría, como un acto de negar lo que ha sucedido, como un cobarde que es al no reconocer su condición, y se quedaría frenet a la puerta, furioso, o quizá entraría en la ducha para quitarse el olor del otro hombre. Luego aparecería el otro hombre y le echaría a patadas.
Me alegro que te hayas puesto con la novela. Mucho ánimo paco, y en lo que yo pueda ayudarte, aquí estoy.
Gracias, Alfonso. La verdad es que es un homosexual que no acepta su condición por trauma infantil. Además es un asesino psicópata por otro trauma más reciente. La intención es ir dibujando el perfil intercalando en la novela capítulos referentes a él y a sus actividades pero sin desvelar su identidad hasta el final. El problema de plantear un personaje así es que hay que documentarse, pero tengo material de primera mano. En cuanto a su reacción creo que es buena como yo la planteo, aunque como tú la pintas también podría resultar verosímil.
Gracias y un abrazo.
Yo solo sé que me gusta, y deseo saber más de ese hombre que no se reconoce, que no sabe ni lo que quiere..., con esto quiero decirte que si algún fallo tiene no me he hado cuenta, solo sé que quiero saber más....
Espero que sigas...
Besos.
Me gusta, porque tiene eso que define las narraciones que nos llegan y las que no: el ritmo. Yo no aguanto a esos que escriben para impresionar y tardas un par de minutos en encontrar el verbo en cada oración (me viene a la memoria Juan Benet). Así que te animo a que continúes. No sólo por ti mismo, sino por los demás, que nos hemos quedado prendidos de un comienzo tan dinámico.
Un saludo, Maestro.
A mi me ha gustado mucho. Se ve que ha sido escrito con ganas, y tiene un estilo agil y sobrio, no sobra ni falta nada y apetece seguir leyendo. Esta muy bien plasmada la contradiccion que sufre el personaje principal, y todo resulta coherente, su reaccion y la del otro hombre. Estoy de acuerdo con Alfonson Martin en que podria haber salido de la habitacion, pero asi tambien funciona. Como otras cosas que te lei en el blog, da la impresion de que el narrador sabe bien de lo que habla. De alguna manera, esa forma de escribir recuerda un poco a la de una cronica policiaca, lo que sucede con muchos autores de serie negra y encuentro muy positivo en una narracion de este tipo. Tambien tiene buena pinta el ir intercalando episodios breves protagonizados por este personaje a lo largo de toda la novela.
Puestos a buscarle algun defecto, no me convencio que estas dos frases tan parecidas, "se sentia sucio, muy sucio", y "sentia odio, mucho odio", se encuentren tan proximas.
Tambien te animo con esta novela, entre otras cosas porque despues de leer el comienzo tengo ganas de saber como sigue. Si de vez en cuando pones aqui fragmentos para conocer nuestra opinion, estaria encantado de leerlos y dartela.
Un saludo
Gracias, Campoazul. Me vale muchísimo tu opinión como lectora.
Gracias, Guido. La verdad es que yo también abogo por la Literatura que entretenga. He dejado novelas a medias porque el texto era un soliloquio del autor y no pasaba nada. En mis novelas procuro que el lector se divierta, aunque esto suponga que no me den el premio Nobel o el RBA, jajaja.
Gracias, Antonio. Es lo que intentaba plasmar en este primer capítulo, la contradicción del personaje en su condición de homosexual y homófobo, y veo que lo consigo. Lo que dices de las repeticiones es la consecuencia de crear sin corregir, labor que para los que escribimos es un coñazo pero que es inevitable. Por otra parte, no creo que ponga más cosas de la novela en blog. No me importa que me copien un poema o un relato, pero la novela es una cosa más seria, aunque quién sabe.
Un abrazo a los tres.
Un primer capítulo corto y muy sugerente. Trasmite la idea principal de la novela.
Buen comienzo,
saludos!
Blanca
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