El viaje íntimo de la locura

Roberto Iniesta es un tipo peculiar. Para mí es uno de los mejores poetas que existen en España aunque no ejerza el rol de poeta. Sin embargo sus trabajos al frente de Extremoduro, su grupo, son pura poesía enclavada dentro de un rock muy personal. Los seguí desde sus inicios, sus difíciles inicios. Hicieron el disco pidiendo el dinero por anticipado a sus fans. Y fue un éxito, el primero, porque luego vinieron más y más y, aún hoy, llenan toquen donde toquen. Independientes, siempre independientes, sin apoyos de las radios y censurados en distintas partes de España. Pero su talento se abrió camino a hostias, entre punteos de sus guitarras y el desgarro de sus letras.

Con “El viaje íntimo de la locura”, su primera novela, ha hecho un poco lo mismo. No me sé la historia, pero me da que Roberto ha cogido una editorial desconocida y ha publicado por libre, eso si no la ha creado él mismo específicamente para lanzar al mercado la novela.

Como lector y escritor, tenía verdadera curiosidad científica por ver lo que era capaz de hacer Roberto en el campo de la narrativa. Así que me compré el libro con mucho miedo, pero con mucha curiosidad, ya digo. Escribir una novela tiene tela. Y empecé a leer. Y lo cierto es que la he terminado rápido.

No voy a desvelar aquí el argumento, Roberto ha hecho especial hincapié en que nadie lo haga, pero es que aunque quisiera contarle la novela a alguien no sabría cómo hacerlo. Me ha parecido que el libro es genial, muy surrealista y lleno de poesía y de reflexiones vitales interesantísimas. Este hombre me ha vuelto a sorprender, esta vez en una faceta distinta. Ya le consideraba un genio, pero después de esto pues más todavía. La novela tiene una trama central, ya digo, muy surrealista, pero que te hace ir pensando y pensando en la vida. Y tiene varias subtramas con personajes secundarios que toman el suficiente protagonismo como para hacerte pensar más todavía, como si la trama principal no lo hiciera ya suficientemente. Hay diálogos, soliloquios, fábulas y prosa poética. Y muchas enseñanzas.

Si podéis, leedla. Merece mucho la pena.