Érase una vez un alumno que arroja una tiza a la cabeza del profesor cuando éste está en la pizarra explicando. El niño es expulsado de clase, pero se niega a marcharse. El jefe de estudios tiene que ir al aula a sacarle. Cuando lo hace, sólo llevan unos metros de pasillo recorrido y el niño se da la vuelta. Regresa al aula, abre la puerta de golpe, entra en la misma y le da un bofetón a una compañera. “Por chivata”, grita.
Érase una vez otro alumno. En la clase de Educación Física, decide dar un puñetazo en las costillas a otro niño que viene corriendo. El agredido queda sin respiración. Y el hecho es puesto en conocimiento del jefe de estudios por la profesora. A última hora de la mañana, el jefe de estudios acude al aula y saca de ella al agresor. Le entrega la notificación de la sanción, una expulsión de cinco días. El alumno se pone histérico y cuenta su versión de los hechos, mintiendo. Vuelve a entrar a clase, le da una torta en la cara al niño agredido y le dice “como vuelvas a hablar conmigo te mato”.
Érase una vez otra historia. Ésta, mucho más triste. Dos niños degüellan a otra niña compañera de clase a la salida del instituto.
Estos tres hechos aislados han ocurrido esta semana en España. Está visto que los profesores aguantan lo que les echen, véase si no el cómputo de su trabajo diario. Pero, ¿hasta cuando va a aguantar nuestro Sistema Educativo?
También podía haber acabado esta historia con la siguiente frase: sin comentarios.
Érase una vez otro alumno. En la clase de Educación Física, decide dar un puñetazo en las costillas a otro niño que viene corriendo. El agredido queda sin respiración. Y el hecho es puesto en conocimiento del jefe de estudios por la profesora. A última hora de la mañana, el jefe de estudios acude al aula y saca de ella al agresor. Le entrega la notificación de la sanción, una expulsión de cinco días. El alumno se pone histérico y cuenta su versión de los hechos, mintiendo. Vuelve a entrar a clase, le da una torta en la cara al niño agredido y le dice “como vuelvas a hablar conmigo te mato”.
Érase una vez otra historia. Ésta, mucho más triste. Dos niños degüellan a otra niña compañera de clase a la salida del instituto.
Estos tres hechos aislados han ocurrido esta semana en España. Está visto que los profesores aguantan lo que les echen, véase si no el cómputo de su trabajo diario. Pero, ¿hasta cuando va a aguantar nuestro Sistema Educativo?
También podía haber acabado esta historia con la siguiente frase: sin comentarios.
2 comentarios:
Pues sí, vaya tela. Los instis cada vez están más desprestigiados y la profesión de maestro... uf.
Conclusión: a este paso, para ser jefe de estudios, va a ser preciso contar con el título de guardia jurado (y el arma reglamentaria).
Lo de la niña de Ripollet no tiene nombre.
Saludos.
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