El mundo editorial está revuelto, no se sabe muy bien hacia dónde camina. Son varios los factores que intervienen en este panorama de dudas. Por un lado la situación internacional, que ha afectado de lleno a un sector que ya estaba en crisis antes de la crisis. El resultado ha sido que muchos escritores noveles que tenían contratos y adelantos económicos con una de las grandes han visto esos contratos rescindidos y sus ilusiones hechas añicos. Las agencias literarias no aceptan más escritores que no hayan publicado y, en muchos casos, no quieren evaluar ningún manuscrito más. Esto ha hecho que todos estos escritores hayan tenido que optar por la auto publicación o por probar suerte en editoriales pequeñas, llegando a publicar algunos, aunque con la escasa repercusión que proporciona una distribución precaria y una tirada pequeña.
Por otro lado, escritores que ya tenían publicadas dos o tres obras y que en cualquier otra época quizás ya estarían medianamente consagrados han visto truncadas sus ilusiones al respecto de poder vivir de esto. Y su refugio natural actualmente son los premios literarios de menor cuantía, que deberían estar reservados para los noveles. Hablo de los premios de entre 20000 y 30000 euros, que hasta ahora ganaban autores desconocidos, y que ahora están reservados a estos escritores más expertos. Buena opción para ellos, ya que al menos, consiguen que su obra sea revestida con un galardón literario y además, ven su obra publicada con alguna de las editoriales importantes que patrocinan estos certámenes como Algaida. Buena fórmula, como digo, a falta de continuidad en sus propias editoriales, pues es una forma de que “no se les borre el nombre”.
También está lo del libro electrónico, que estoy seguro de que se acabará imponiendo ante el papel impreso. Pero a día de hoy, solo ha nacido y se encuentra en pañales. No se sabe muy bien hacia dónde camina, hay gran variedad de formatos y luego está lo del pirateo.
Las grandes editoriales apuestan o bien por escritores ya consagrados, o bien por escritores noveles que ya tienen un nombre y son famosos por aspectos muy distintos a los literarios. Buenos ejemplos son los libros escritos por los “famosos”. Y famosos o consagrados no son siempre sinónimos de calidad, ni mucho menos. Pero venden y eso es lo que cuenta. En muchos casos, incluso se venden bajo la etiqueta de novela, por ser el formato que más vende, libros que no son más que reflexiones o incluso paranoias de un autor, a veces bien escritas, sí, otras, sin embargo, redactadas pésimamente.
Son muchos los amigos y colegas que últimamente me han dicho que lo van a dejar, tal es el panorama. Pero pienso que lo peor que puede hacer uno es creerse escritor y pecar de vanidoso, porque de esta forma los palos van a ser mayores. Creo que lo mejor que puede hacer un escritor novel o uno más experto pero no consagrado es tener un trabajo del que vivir. Y seguir escribiendo como una afición, eso sí, haciéndolo con toda la pasión de la que sea capaz de poner en sus escritos. Y si tiene que llegar algo, ya llegará. Cualquier otra forma de tomarse esto es amargarse. Y bastantes palos nos da ya la vida en nuestros quehaceres cotidianos.
Colegas: Que Dios (o lo que sea que haya por ahí) reparta suerte.
12 comentarios:
Pues sí, Paco. A currar las horas que toque y a escribir cuando el tiempo y las fuerzas lo permitan. En mi caso no es nuevo, siempre he creído en eso. Al menos de momento la opción de vivir del cuento (bueno, o de la novela) me parece poco factible. Acabaré autopublicando mis grandes obras :)
www.boxeodeletras.neositios.com
Qué crudo pinta, ¿no?
No desesperes, Chema, que a pesar de lo chungo que está el patio, todo llega.
Pinta crudo, Shondar.
Un abrazo.
Ya hemos hablado de este tema en otras ocasiones y en diferentes sitios, Paco. Pero la realidad es la que es. Pinta crudo y no tiene visos de mejorar.
Pero bueno, nosotros seguiremos creyendo en lo que hacemos. Esperemos que el panorama cambie un poquito para bien y nos lleguen también a nosotros las vacas gordas.
Un abrazo.
No es que lo mejor que pueda hacer sea tener un trabajo, es que de lo de escribir sólo viven dos, como mucho tres. Pero bueno, así son las cosas, siempre han sido así, hay que tomarlo con filosofía
Paco esta es una cruda realidad para muchos sectores.
Saludos
Esperemos que sí, Armando. No hay que perder la ilusión.
Exacto, Miguel. Hay que tomárselo con filosofía para no llevarse palos.
Sí, Viking, la cosa está muy mala en todos los sectores. Pero es que el editorial ya estaba en crisis antes de la crisis.
Un abrazo a los tres.
La cosa parece turbia. Yo veo mi futuro, futuro eterno en las aulas, pero si alguna vez me cruzó la mente una idea ligeramente similar a eso de publicar..., mejor me voy olvidando. En fin..., al menos tengo curro y... ¡¡¡Virgencita, que me quede como estoy!!! ;-)
Besos.
Sí, al menos tenemos curro, S. Cid. De todas formas, y aunque el panorama esté mal. Hay que seguir intentándolo. Un beso.
Lo importante de la vida es encontrar esas cosas pequeñas que pasan desapercibidas ante los ojos de la gente que no quieren ver.Es disfrutar de la información que te dan los libros, esos libros que en ocasiones caen en tus manos sin buscar,libros viejos,de los que nadie se acuerda,porque pocas veces fueron leídos, pero gracias a esos escritores poco conocidos,que no comieron de su trabajo,somos muchos los que disfrutamos y os damos las GRACIAS por decidiros a escribir.
Lo único que queda, Paco, es como dices, perseverar.
Un abrazo.
Gracias a ti por pasar por aquí, Gualda. Yo seguiré escribiendo.
Persevero, José Miguel.
Un abrazo.
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