Llegado a este punto de mi vida, no sé si aconsejado por la edad o por los avatares de la propia vida, he de decir que respeto a las personas que tienen una ideología, pero no me gustan. Yo intento apelar a mi criterio, basado, o eso creo yo, en el sentido común. Y me puedo equivocar como el primero, pero al menos no estoy sujeto al corsé de ninguna ideología. No son pocas las veces que he acabado discutiendo con algún amigo o conocido sólo por plantear mis ideas. Empiezo a estar cansado de que los de izquierdas me tomen por facha y de que los de derechas me tomen por rojo sólo porque no me ciño claramente a unas ideas u a otras. Y me da pena, porque esto me ha hecho perder esa fluidez derivada de la empatía que sentía por algunas personas.
Las ideologías esclavizan los pensamientos de quienes las profesan. Y cuando la gente se cree más libre es cuando más influenciada está, llegando incluso al fanatismo, que tantos conflictos e incluso guerras han causado y siguen propiciando. Quizá por eso cada vez estoy más a solas conmigo mismo y tiendo más a no expresar lo que estoy pensando por miedo a causar desavenencias en las que uno acaba agotado mentalmente y sin energía. A veces doy la batalla por perdida antes de empezarla porque he llegado a la conclusión de que contrastar ideas con los apologetas de una u otra ideología es perder el tiempo.
Empieza a ser raro encontrarte con alguien con quien poder conversar y que esté libre de escrúpulos a la hora de opinar y de hacer análisis libres sin miedo al qué dirán. Los ideólogos de unas u otras tendencias suelen catalogar a estas personas de “frikis”, palabreja que no me gusta un pelo y que además sirve a la vez para encasillarte, y no me gustan las clasificaciones.
Hasta ahora he hablado de personas pero esto es también aplicable a colectivos. No hay nada más que echar un vistazo a los medios de comunicación para observar que unos y otros tienden a una determinada ideología y tratan las noticias de forma que si las lees en uno u otro periódico sacas conclusiones diferentes. A veces, incluso, hay noticias que se obvian en unos y que, sin embargo, se les da una inusitada trascendencia en otros.
Las ideologías, lejos de propiciar la libertad que creen tener quienes las poseen, es la mayor de las esclavitudes de pensamiento con las que habitualmente nos topamos, para desgracia de los que nos gusta ser verdaderamente libres.
15 comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo, las ideologías si son fanáticas (que para mí siempre lo son) crean esclavos para sus propios intereses. Yo ni siquiera me molesto en discutir sobre ningún tema de estos, paso y vivo mi libertad plena ya que soy agnóstica de todo, vivo según mi propio criterio y respetando a los demás..., ¡y funciona!
Besos.
Pues yo ya digo, Campoazul, la mayoría de las veces yo me callo por no gastar energía porque si se opina desde la libertad la gente no entiende. Yo también soy bastante agnóstico.
Un beso.
Amigo Paco, la calle suele ser sectaria, y yo me encuentro con situaciones como las que tú vives. Incluso algunos que adoptan el papel de hipócritas, pero que, más o menos sutilmente, intentan hacerte el vacío. El problema de las utopías es que no viven de la realidad, y sus datos no les incumben, pues se retroalimentan a sí mismas. Debe primar el sentido común. Hay gente, pues, con la que no hablo de ciertos temas pues sé que son ciegos y sordos y están llenos de odio y prejuicios.
Un abrazo.
El último símbolo es nuestro sello editorial en Editorial C & M, pero no profeso dicha religión.
Hay mucho fanatismo que no respetan las otras ideologías, y una de ellas es la que todos tenemos en mente después de ver los telediarios en la famosa quema de libros.
Saludos.
Pues así estamos, José Miguel. Está el patio que casi no se puede hablar con nadie porque todo el mundo está contaminado por esta o aquella idea. Y es que hay veces que apetece hablar, en cuyo caso, si el tipo es de los sectarios, pues a veces hablo no dejando ver quién soy realmente o si no me cayo.
Carlos, lo del tipo ese que comentas de manera implícita me ha llamado la atención y mucho más la cobertura que le han dado los medios. Al fin y al cabo es un chalao con 50 seguidores. Cada vez hay más tipos desquiciaos dispuestos a hacer lo que sea por sus jodidas ideas. Y es que creo que lo que hay, desgraciadamente, es mucha incultura.
Un abrazo a los dos.
Decía Ortega y Gasset que ser de izquierdas o ser de derechas es sólo una forma de ser estúpido.
Yo opino igual que tú. Procuro tener mis ideas sobre lo que ocurre, pero unas veces son de izquierdas y otras de derechas. Lo que no soporto es a la gente borrega de uno y otro lado que piensa lo que les dice el partido o sus líderes, y tienen prohibido pensar que es bueno algo que haya dico o propuesto los del bando contrario.
Cualquier idea,ideología o lo que sea que encasille a la persona es rechazable. No somos esclavos, ni siquiera deberíamos serlo de nuestras propias ideas, mucho menos de las que nos venden por ahí.
Conocía la frase de Ortega, Miguel, es genial. Me alegro de que coincidamos. Lo que expreso en la entrada me parece tan obvio...
Dicho queda, S.Cid, totalmente de acuerdo.
Un abrazo a los dos.
lo malo no es la ideología, lo malo es llevarla a los extremos del fanatismo, ya sabes que incluso se mata por unas ideas.
un abrazo.
Rescato lo que ya han dicho. Fanático versus simpatizante. No se por qué cuando me topo con alguien así, siento mientras habla que yo ya estoy de vuelta.
Es como una reunión de alcohólicos o gordos anónimos. Sólo ellos pueden entender de qué hablan y para qué viven.
Saludos
Exacto, Ana, ni es la primera vez ni será la última que algún "iluminao" mate en nombre de unas ideas.
Cierto, Viking. Yo ya estoy harto de estos fanáticos. Mientras tú hablas desde el respeto, como no coincidas con su ideología encima te toman por tonto. Bastante lamentable.
Un beso a las dos.
Criterio, opinion, punto de vista..., pero ideologia? No, gracias.
No creo en las ideologías. Creo en mi propio criterio. Las doctrinas son una forma de sojuzgamiento para beneficio de unos pocos, sean estas religiosas o políticas.
La verdadera libertad se encuentra en la mente del librepensador.
Un abrazo,
Blanca
Paco, es como si hubieras arrancado este post de mi cabeza. Te entiendo a la perfección porque me ocurre igual. Me tachan de lo "uno" o de lo "otro" según se me ocurra expresar una idea u otra.
Quizás por eso no soporto hablar de política, por la falta de entendimiento.
Me alegro de que coincidamos, Sue. Amo la libertad y es precioso expresarte libremente, sin los prejuicios de tener que dar cuentas al lastre de poseer una ideología sujeta a unos o a otros. Por eso cada vez encuentro menos gente con la que poder hablar libremente, porque casi todos están mediatizados.
Un abrazo.
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