Supertramp, un grupo estupendo de los que ya no quedan, tituló así una de sus canciones o LP’S, ya no recuerdo. Jamás traduje la canción, o el LP, así que no sé qué es lo querrían decir esos maravillosos músicos con ese título. A mí me sirve para hacer una reflexión sobre los tiempos que vivimos, de crisis, al parecer. Y digo al parecer, porque no todos los sectores de la sociedad se han enterado de que vivimos tiempos turbulentos, de que la bonanza económica se ha acabado y de que hay que atarse el cinturón. Por lo que se ve, se han enterado los gobiernos, que inyectan dinero en los bancos y en las multinacionales y, por supuesto, los susodichos bancos y multinacionales. También algunas familias, que lo están pasando mal desde ya. Pero, como se puede comprobar en estos días, la mayoría de la ciudadanía no se ha enterado todavía de nada, a pesar de ser la crisis la protagonista de telediarios y periódicos. Un ejemplo de esto es mi tarde de domingo de ayer. Estuve por el centro de Madrid. El Metro iba lleno y cuando salí con mi amigo a la calle Gran Vía, parecía que pasaba algo, pero algo gordo. 
No se podía andar. La gente iba con grandes bolsas de aquí para allá mientras otros ciudadanos aguardaban largas colas en las administraciones de lotería más famosas. Y no compraban sólo un décimo aun a pesar de ir a 20 euros, el décimo, me refiero. Después compramos entradas para el cine, sin podernos ubicar donde queríamos porque estaba lleno. Tomamos un café entre apreturas en espera de la hora. Y cuando salimos del cine nos dirigimos a comer y a tomar algo a la zona de Espoz y Mina. Tuvimos que marcharnos de la Casa de las Bravas, ni una mesa libre y la gente esperando para sentarse. Todas las demás tabernas estaban por el estilo y el único sitio al que pudimos entrar con relativa comodidad fue el restaurante chino de San Bernardo, y no estaba vacío ¿eh? Volvimos en el Metro hasta el barrio, de pie, claro. Y me tomé una caña en el garito con los colegas. Estaba hasta los topes, y la peña pidiendo cervezas y cubatas a tutiplén.
Por eso, vuelvo a servirme del título, de canción o LP, de Supertramp, para volver a plantear la cuestión. ¿Crisis? Qué crisis
No se podía andar. La gente iba con grandes bolsas de aquí para allá mientras otros ciudadanos aguardaban largas colas en las administraciones de lotería más famosas. Y no compraban sólo un décimo aun a pesar de ir a 20 euros, el décimo, me refiero. Después compramos entradas para el cine, sin podernos ubicar donde queríamos porque estaba lleno. Tomamos un café entre apreturas en espera de la hora. Y cuando salimos del cine nos dirigimos a comer y a tomar algo a la zona de Espoz y Mina. Tuvimos que marcharnos de la Casa de las Bravas, ni una mesa libre y la gente esperando para sentarse. Todas las demás tabernas estaban por el estilo y el único sitio al que pudimos entrar con relativa comodidad fue el restaurante chino de San Bernardo, y no estaba vacío ¿eh? Volvimos en el Metro hasta el barrio, de pie, claro. Y me tomé una caña en el garito con los colegas. Estaba hasta los topes, y la peña pidiendo cervezas y cubatas a tutiplén.Por eso, vuelvo a servirme del título, de canción o LP, de Supertramp, para volver a plantear la cuestión. ¿Crisis? Qué crisis
1 comentario:
Hola Paco: Un gusto leerte y escribirte despues de tanto tiempo. Quiero intentar una breve interpretación a lo que sucede con la -s- crisis; Por un lado creo que de vez en cuando las multinacionales, dueñas de facto de los países, agitan el fantasma de estos cataclismos modernos para que la gente no se olvide quién manda y quién determina las cuotas reparto. Pero sí hay una crisis y no es precisamente la gente la que la provoca -ideológicamente sí, pero ese es otro tema- Y las personas comunes no hacen mayor caso porque están anestesiadas con deporte, allí en España y el resto del mundo y este fenómeno tiene lugar porque se han dado cuenta que la pereza mental a acostumbrado a la gente a consumir información predigerida y en algunos casos totalmente digerida y que el fútbol principalmente es un vehículo fenomenal. El Humano hoy no piensa, es pensado, consume y consume al punto de ser el consumido. Con respecto a porqué todo esta lleno es porque la gente vive hoy, mañana ya le dirán que debe hacer. Con respecto a la literatura, especifícamente a la venta de libros, podrás apreciar que los de mayor venta son los llamados "de autoayuda" libros inconducentes y a la vez producto de lo que decía antes. Hay una crisis del pensamiento, de eso no hay dudas. No importa que se publiquen 50000 libros si sólo 10 son verdaderamente útiles al crecimiento intelectual, filosófico o cultural. Que se consuma más no es necesariamente bueno; hay que ver qué se consume y cuál es el impacto que ese literatura provocará en los años por venir. Acá, en argentina, país tradicionalmente lector, lo es cada vez menos y de calidad ínfima, las nuevas generaciones casi no leen y no se nota aún porque se esta consumiendo el capital intelectual producido con anterioridad, quiero decir que, los que leen buena literatura son los mismos y naturalmente son cada vez menos. Por lo tanto el futuro estará en manos de personas pobremente instruídas, menos reflexivas, con el peligro que ello implica. De alguna manera se está asegurando el circo de mañana, del pan, se están ocupando hoy. Te saludo con el afecto de siempre y será hasta pronto. Pedro Mirigliano
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