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Al otro lado

Al otro lado
"Al otro lado", de Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. I.S.B.N.: 978-84-15352-66-2.
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Presentaciones:

Sábado, 27 de abril a las 12 h. en la Feria del libro de Granada, en el Centro de Exposiciones de CajaGRANADA Puerta Real. Me acompañará en la presentación el compañero de Granada Jesús Lens. Y a las 13 horas firma de ejemplares en la Caseta de Firmas.

Sábado, 20 de abril, de 11 a 13 h. y de 17 a 20 h. en la Feria del Libro de Fuente el saz de Jarama.

Sábado, 26 de enero a las 20 h. en el Museo Municipal de Alcázar de San Juan. Me acompañará en la presentación el compañero de Ciudad Real José Ramón Gómez Cabezas, autor de "Réquiem por la bailarina de una caja de música", de la Editorial Ledoria.

Martes, 23 de octubre a las 19.30 h. en la librería Estudio en Escarlata (Guzmán el Bueno 46, Madrid). Si no puedes acudir y queréis un ejemplar firmado, ponte en contacto con ellos y pídeselo (91 543 0534). Te lo enviarán por correo.

Miércoles, 24 de octubre a las 18 h. en Getafe Negro (Carpa de la Feria del Libro). A las 20 h. participaré en una mesa redonda con otros compañeros de la Editorial Ledoria titulada "En los arrabales de la Novela Negra.

martes, 22 de septiembre de 2009

El síndrome del emperador

No soy psicólogo, pero llevo toda mi vida en colegios, institutos y universidad. Por si fuera poco, me hice profesor. Sé de lo mío, pero también sé de niños y adolescentes. La educación está hecha una porquería. Pero no sólo en los colegios, en las casas también. Sé que hay niños malos. Son los que ya en su tierna infancia les ves las intenciones. Pero pienso que el 90 % de la responsabilidad de que un niño salga bien o mal la tienen los mayores.

Ayer escuchaba en un programa de radio testimonios espeluznantes, de padres (sobre todo madres) cuyos hijos eran tiranos. El síndrome del emperador lo llaman los psicólogos modernos. Son niños egoístas que incluso llegan a pegar a sus padres. Decía una señora que su hijo destrozó un día la habitación porque no encontraba el cable del emepetrés. Otro niño (de 22 años) había agredido a la madre primero y después al padre porque éste le había dicho que se levantara para acudir a una entrevista de trabajo. El angelito había acabado en la cárcel y sus papás le iban a ver regularmente (encima).

Hablamos de niños (hechos hombres o mejor dicho monstruos), que no quieren estudiar ni trabajar. Que no tienen otras inquietudes que no sean escuchar música estrambótica, jugar a la consola o chatear. Que en muchos casos acaban delinquiendo. Recuerdo a un alumno que ya con 12 años en el Instituto era un coñazo. Tras repetidas llamadas de atención y medidas destinadas a su reeducación no quedó otra que la expulsión del Centro. Siempre que le echábamos, la madre nos ponía verdes y nos decía que le teníamos manía, era imposible razonar con ella. Al final, le compraron un quad a plazos. El niño lo tuvo una semana y lo vendió a escondidas. Unos días más tarde, robó un coche y pilló a un policía municipal. Su destino: el centro de menores, como no podía ser de otra manera. La madre vino al Centro y nos lo contó. No quise ser cruel, pero era para haberle dicho: “Señora, nosotros se lo estábamos avisando. ¿Dónde estaba usted entonces?”. Pues estaba donde se encuentran muchos padres, defendiendo lo indefendible.

Esto es una cuestión de roles. Los padres deben ser padres y no “amigos” de sus hijos. Lo mismo digo de los profesores, no se puede ser “amigo” de los alumnos. A los niños hay que educarlos con autoridad y disciplina, enseñándoles lo que está bien y lo que está mal. Hay que educarlos para ser personas y no príncipes o emperadores como hacen muchos padres. Me inquieta la facilidad de muchas personas para tener hijos, en muchos casos, a una edad precoz. Como me inquieta la facilidad con que esas personas echan a perder las vidas de esos niños que en un contexto de sensatez y sentido común serían personas de bien.

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