Hay libros que buscamos, otros nos los encontramos y otros, sin más, vienen a ti. “Querido Caín”, del aragonés Ignacio García-Valiño vino a mí a través de mi hermano, a quien, a su vez, le había pasado el libro otro amigo. Como curiosidad diré que la novela fue finalista del “V Premio de Novela Ciudad de Torrevieja”, segundo mejor dotado en España después del Premio Planeta y que el autor, a quien no había tenido el gusto de leer, es colaborador habitual en prensa y en publicaciones de psicología.
Tardé poco tiempo en leerlo porque es ameno y el tema está de candente actualidad. El protagonista es un crío de trece años, Nico, que presenta trastornos graves de conducta y hace la vida imposible a su familia. La trama se fundamenta en que la familia, que ya no sabe que hacer con el chaval, acude a un psicólogo que va investigando la psique del niño como un detective investiga el delito en una Novela Negra.
El desarrollo de la trama es una reflexión sobre si el mal puede venir implícito en una persona desde que nace o el malvado se va haciendo poco a poco de avatar en avatar en la vida.
Al parecer, la novela tiene mucho de autobiográfica y está hecha con rigor, ya que el autor es psicólogo infantil. Debida a su gran experiencia acumulada, Ignacio desarrolla un trhiller psicológico que explora las raíces del mal y su influencia sobre las personas. Además, según declaraciones del propio autor, Nico, el protagonista, tiene mucho del chaval que le torturó a él cuando era pequeño y que hizo que el autor tuviera que cambiar incluso de colegio.
La novela es trepidante y el final espectacular. El libro, como ya he comentado, vino a mí, y lo mismo que vino, se fue, a las manos de su dueño. Un libro no elegido por mí. Al contrario, él me eligió a mí. No sé cómo habrán funcionado las ventas, pero si podéis, leedlo, no os arrepentiréis.